Capítulo 17

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―Bueno... eso fue divertido... después de todo. ―Murmuro. Estamos en la entrada de mi casa. Alex me vino a dejar ya que claramente no tenía idea como devolverme, sobre todo teniendo en cuenta que ya es de noche.

Me doy cuenta lo ridícula que debo sonar, nuestro paseo consistió básicamente en él explicando cosas sobrenaturales y mi posible muerte si entro en la habitación 16... Sumamente divertido Lucy.

―Deberíamos comenzar con tu entrenamiento. Mañana. Vendré a recogerte después de clases. ―Simplemente lo dice como un hecho y me encuentro demasiado preocupada preguntándome en qué consiste el entrenamiento para responderle algo.

―Nos vemos mañana. ―Susurra cuando me quedo observándolo como un idiota. Mi mente parece volver a la vida cuando lo veo inclinarse hacia mí y todo mi cuerpo cobra vida cuando sus labios presionan en la comisura de los míos, tan peligrosamente cerca de fusionarse con mi boca pero demasiado lejos para darme ese placer.

Cada vez que él me toca, cada vez que su piel hace contacto con la mía es como si todo dentro de mí entrara en erupción. Mi sangre se calienta, mi piel hierve y la necesidad de tocarlo es tan profunda que caigo en completa desesperación. Es por eso que las pocas veces que nos hemos tocado de alguna u otra forma no dura más de unos segundos, porque sinceramente no sé cuánto podría aguantar antes de querer sentir cada parte de su cuerpo junto al mío.

No entiendo porque me siento de la forma en que me siento. Me pregunto si será una reacción natural frente a alguien al cual te sientes atraído, pero nunca me había sucedido algo así. Es como si Alex y yo estuviéramos conectados de una forma primitiva. Necesitada. Como si todo mi cuerpo reaccionara al suyo, como si lo conociera íntimamente. Como si él fuese mío.

Verdaderamente mío.

―Adiós Lucy. ―Sus dedos se demoran en mi mejilla, casi con miedo de soltarme.

Unos segundos después veo su espalda alejándose a través del bosque y mis dedos tocan donde sus labios estuvieron, aun sintiendo su calor.

***

A la mañana siguiente llego un poco atrasada por lo que prácticamente tengo que correr por los pasillos. En mi primera clase tengo que ir al laboratorio y como soy la chica más suertuda de la vida aquella clase la comparto con Alex, las gemelas y Daniel. Que mejor manera de agregar más drama a mi vida.

―Hey. ―Susurra Daniel cuando me siento a su lado. Somos compañeros de laboratorio.

―Hola. ―Murmuro mientras me siento. Me volteo levemente y veo a Alex detrás nosotros, me guiña un ojo con esa ladeada sonrisa suya haciéndome sonrojar. Demonios.

A nuestro lado las gemelas, quienes por supuesto son compañeras, están ignorándome por completo. Mierda, una punzada de culpa me ataca. No lucy, ellas son las que continúan escondiéndote cosas ¿recuerdas?

―Bueno clase. ―Comienza el profesor. ―Hoy trabajaremos en estaciones así que de cada pareja uno se quedará en su respectivo puesto y el otro tendrá que rotar. Veremos el proceso de la mitosis. Tiene dos minutos para ponerse de acuerdo. ―Y da unos aplausos instándonos a comenzar.

―Entonces. ―Comienza Daniel. ―Tienes cara de que no deseas moverte de aquí y como soy un buen amigo yo rotaré.

Le sonrío algo cansada. ―Gracias. La verdad es que últimamente mi concentración se encuentra en otro mundo. ―Literalmente.

Unos minutos después el profesor deja el material en cada una de las mesas y nos separa en dos grandes grupos. Por supuesto en mi grupo se encuentran las gemelas, Alex y su pareja quien es una rubia de mirada helada, y otros dos chicos que no conozco.

Habitación 16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora