Capítulo 2

453 40 17
                                    

―Despertaste temprano esta mañana. ―Dice mamá ya abriendo una de las cajas de mudanza.

―Creí que podría ayudarte a desempacar. Sabía que no ibas a aguantar tener un montón de cajas por toda la casa.  ―Le sonrío a su joven rostro. Tiene un pañuelo anudado sobre su cabello castaño claro y una jardinera puesta. Algunos de mis amigos en Chicago creían que era mi hermana por lo bonita y joven que se ve. Tiene 40 años y se ve como de 30. Es algo extraño que tus amigos encuentren sexy a tu mamá pero al final me acostumbré. No es como que mamá vaya a seducir a alguno como la señora Robinson así que como sea.

―Mejor cuatro manos que dos. ―Me guiña un ojo.

Busco un cuchillo y corto la cinta en una de las cajas que están sobre la mesa. Al abrirla veo el cuadro de nosotras junto a mi papá y mi corazón se aprieta al ver su dulce sonrisa. Sacarse fotos lo ponían algo nervioso por lo que mamá y yo tuvimos que arrastrarlo frente a la cámara. Aún puedo recordar su risa, está tan viva en mi mente. Espero que nunca la olvide.

―Va a sanar ¿sabes? ―Mamá me mira con algo de tristeza.

―¿Qué cosa? ―Susurro.

―El dolor Lucy, se hará más ligero con el tiempo. ―Me da una triste sonrisa y sin pensarlo envuelvo mis brazos alrededor de ella.

Espero que tenga razón porque no quiero seguir viviendo con este agujero en el pecho.

***

―Comienzo a creer que tienes razón. ―Dice mamá después de bajar del segundo piso.

Estoy barriendo el largo pasillo de la entrada, quedó algo sucio después que los chicos de la mudanza dejaran todas las cosas aquí ayer.

―¿Sobre qué? ―Tiendo a creer que tengo razón en muchas cosas pero claro tengo solo 17 años, nadie te hace caso a esta edad.

―Esta casa es demasiado grande para nosotras.

Ruedo mis ojos. Le dije eso hace tres semanas cuando viajamos desde Chicago a verla. Luego de la muerte de papá mi mamá decidió que teníamos que empezar de nuevo. Los recuerdos de la casa que compartió durante tantos años con él la estaban consumiendo, la estaban matando de a poco.

Mentiría si dijera que fue fácil dejar la casa en la que crecí, el lugar que guarda tantos recuerdos de mi niñez. Pero lo hice por mamá, alguien tenía que ser fuerte por ella y yo soy su único pilar ahora que papá no está. Así que no dije nada cuando ella decidió mudarse de Chicago a Pittsburgh dejando toda nuestra vida detrás.

Nuevo comienzo. Nueva vida.

―Por lo menos no decidiste irte a vivir a un pueblo de diez habitantes. ―No es que sea muy sociable pero viví toda mi vida en Chicago, estoy acostumbrada a las ciudades grandes.

―Oh lo pensé, pero los pueblos pequeños tienden a ser escenarios de las historias de terror y no soy una fan de esas. ―Me pasa en camino a la cocina.

―A propósito, anoche tuve una pesadilla bastante horrible, quizás esta casa esta embrujada. ―Mamá odia todo lo que tenga que ver con cosas paranormales.

―Oh Lucy aquí no hay fantasmas, ya lo investigué con la aplicación en mi celular que busca fantasmas. ―Suelto una fuerte carcajada.

―No puedo creer que tengas una aplicación que busca fantasmas.

―Ja ja ríete todo lo que quieras pero un día mi aplicación me salvará. ―Suena tan segura que me da más risa.

―Por supuesto mamá.

Habitación 16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora