Capitulo 4

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                                                                                    Capitulo 4

-Histérica, minita, pendeja...

-La rubia.-Me dice Mateo al verme entrar descontrolado.-¿Qué pasó ahora Lucho?

-¿Qué que pasó? NAAAAAAAADA. La bomba sexual me estapó un bife en mi propia empresa. 

-Mmmm. Qué le habrás dicho.

-Ah! No le dije nada, pasa que a la "minita" no le gusta que le digan las cosas como son. Nada más. Pero soy su jefe, me va a tener que respetar. Además a Luciano Castillo nadie lo jode, eso va a tener que aprender, y yo se lo voy a enseñar.

-Daaaaaaaaale boludo, que te conozco...No te hagas el boludo conmigo que a vos lo que te gustaría enseñarle a la bomba sexual son unas cuantas poses de kamasutra.

¿Este es pelotudo o se hace?

-¡¿Qué te pasa pelotudo?!-Reacciono pegándole una leve palmadita en la cabeza.- Lo ultimo que quisiera en mi vida es revolcarme con esa minita. Es la mas minita de todas las minas, y sabés muy bien que a mi no me van esas.

-Ah, ¿no?

-NO.-Sentencio con una mirada tajante.

-¿Y entonces por qué estas tan caliente? ¿Porque te pegó o porque "la minita" te puede? Dale Luciano... ¿Qué estás buscando al pedirle que organice la fiesta de despedida de tu viejo y en taaan poco tiempo? No la jodas, haceme caso. A esas no se las jode, sé por qué te lo digo...

-A veeeeeeer Mateo querido. ¿Vos te pensás que yo me voy a quedar como un pelotudo viendo como mi secretaría se la da de altanera? Me va a tener que respetar. Vamos a ver qué fiestón se manda. No puede con todo, va a hacer papelones. Va a hacer cualquier cosa, tiene menos de quince días para preparar todo. ¿Vos te pensás que va a poder?

-Esto no termina bien amigo, te lo digo.-Me dice con una media sonrisa mientras choca el vaso de whisky conmigo. 

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   Es jueves, estoy en Pamper's Company. Me encuentro con la recepcionista que ya averigué su nombre (el guardia me lo dijo. A propósito creo que es la única persona buena onda en este lugar) se llama Sabrina. Alias Doña Gertrudis. Sigue siendo bastante antipática, por lo que le dirijo un breve saludito y sigo de largo. En el ascensor me encuentro con Mateo que me mira simpático, me cae bien. A parte del guardia es el segundo que mejor me cae acá dentro.

Bien ya estoy en mi oficina, El Gamberro no llegó todavía por lo que empiezo a adelantar trabajo. No me gusta llegar tarde a casa ni hacer horas extra y mucho menos por tener que organizarle la fiestita al viejo de mi jefe. Lud me está ayudando un montón. Diría que tengo todo casi listo, solo me faltan un par de cosas... Empiezo a repasar la lista y veo llegar al Gamberro, ruego que ni aparezca por acá. La ultima vez le estampé un bife terrible y desde esa vivimos discutiendo. Solo pido una cosa: que la fiesta salga bien y juro que no le peleo nunca más.

-¿Cómo van los preparativos?-Entra en mi oficina y se sienta sacándome los papeles de la mano y revisando los que están sobre mi escritorio.Entrometido.

Le contesto con un simple "Todo perfecto"  al mismo tiempo que le saco de la mano la lista de invitados para poder comprobar que estén todos.

-La verdad que con lo ocurrido... -Empieza. Siento que se va a disculpar por una vez en la vida. Bueno, al final todos tienen un minuto de reflexión y éste se vé que se dió cuenta de lo que dijo y de cómo me trató. Se aclara la garganta y sigue:

-Estaba pensando que quizas sería bueno, ya sabe usted...-Me dice al tiempo que se va levantando y encaminando para la puerta. La verdad no, no entiendo qué quiere decirme.

-Disculpe, no le entiendo.-Le digo desconcertada.

-A veer... Necesito su opinión: Pensaba cambiar los picaportes de las puertas de los baños... Lo digo para impedir que se quede encerrada.¿Usted que piensa?

Petrificada, me quedo helada.

Dios mioooooo. Ya está, creo que perdí lo poco de dignidad que pude tener. Lo veo salir de mi oficina con una sonrisa de oreja a oreja. El Gamberro me está dando guerra. Lo odio.

Llego a casa y le cuento lo ocurrido a Lud, por supuesto terminamos sacándole el lado bueno a mis días en la oficina, como siempre. Y terminamos de cerrar los puntos que quedaban pendientes para la fiesta del sábado. Una ducha y cenamos. Fue un día largo, nada mejor que ir a descanzar.

Estoy tirada en mi cama leyendo. Son las 22:30 y entra Lud a mi cuarto para pedirme que la acompañe a Chupitos Bar.  Si, si un nombre medio turbio, pero la verdad es que solemos frecuentarlo viernes o sabados y la pasamos de mil cada vez que vamos. Además conocemos un par de amigos ahí dentro y de vez en cuando ambas nos damos el gustito con ellos. Tenemos una especie de acuerdo de amigos con derecho (con derecho a dormir juntos), pero nada más. Nos hicimos muy amigos. La verdad que surgió una amistad muy cálida y sabemos que de la cama para afuera no hay nada más que amistad. De hecho, con todos los hombres de acá en adelante no hay nada más que sexo.

Pero no. Hoy no es día ni para ir al bar ni para darme el lujo, es jueves. Yo mañana trabajo y no puedo darme el lujo de faltar ni mucho menos de ir dormida a mi trabajo, asique definitivamente no.

                                                                                          ***

Lud es una manipuladora. Tiene ese don de convencer a las personas tan facilmente. Me visto rápido, estamos con poco tiempo. Asique me pongo una pollera negra tubo (esta vez mucho más corta que la que usé en mi primer día de oficina) y una remera semitransparente turquesa de un solo hombro y bien sueltita. Y de zapatos me puse unos verdes petróleo de tiras que están bárbaros.

Estamos en el Chupitos Bar con nuestros amigos, Julio y Nico, disfrutando de unos tragos. Suena Rolling in the Deep de Adele. 

Julio aprovecha para llevarse a Lud por ahí pero deduzco que algo pasó cuando la veo entrar a los pocos minutos a ella, sola. En realidad Lud y Julio tuvieron algo más que amigos con derecho a dormir juntos, casi que estuvieron de novios, pero la cosa no funcionó. Lud es una romántica y debota del amor,  en cambio Julio solo busca el buen sexo. Apuro la cosa con Nico, dejándole en claro que esta noche no va a pasar nada, y me siento en la barra donde está mi amiga.

-Dos tequilas.-Le pido al barman que hoy no está tan bueno como otras veces. Es más me atrevería a decir que le pasó un camión por encima por lo baqueteado que está. Nos trae los vasos y brindamos con mi amiga, por suerte el mal de amores no le pega tan fuerte y se olvida rápido de las cosas. El DJ se pone a tono y hace que empiece la noche. Suena Rabiosa de Shakira.

-Lud.... ¿Sabés cuánto me gusta Shakira, no?-Le digo con mirada pícara.

-¿Y sabés cuánto me gusta a mi, no? Vamos, dale.

La arranco de la barra para llevarla casi corriendo hasta la pista y como no hacíamos hacía mucho tiempo:  nos ponemos a cantar y bailar como locas, al tiempo que tomamos unos tragos.

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Bendito Zapato- María S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora