Capítulo 12

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Estaba huyendo no sabia de que o de quien, solo se que estoy corriendo con toda la velocidad que mis pies me permitían, a mi alrededor todo era una zona rural, no se podía apreciar algo cultural por ninguna parte...

"Y eso me aterrorizaba"

De pronto mis piernas comenzaron a traicionarme, mis rodillas me hicieron flaquear, y mis piernas a temblar, no podía seguir corriendo pero no quería parar de hacerlo, si paraba esa persona de la que estoy huyendo me va alcanzar. Sin darme cuenta e llegado a un barranco, lo bastante alto como para poder caer y fracturarme una pierna, me quedo pensándolo un momento, si me lanzó podría herirme de una manera brutal, pero si me quedo aquí la persona de la cual estoy huyendo me va alcanzar...

Unas manos grandes me empujan por la espada de modo que caigo rodando por él barranco, cierro los ojos esperando los brutales golpes, me golpeo la cabeza varias veces pero eso no me impide seguir consiente, cuando dejo de rodar como una pelota ya es demasiado tarde para darme cuenta de que e llegado al final del precipicio, abro los ojos y todo se ve borroso, de pronto la figura borrosa de un hombre invade mi campo de vision, soy vagamente consiente de que estoy retrocediendo lentamente, pero que él lleva ventaja, veo entre sombras borrosas como se quita él cinturón que mantiene sus pantalones en su lugar, sin darme tiempo a procesar lo que esta pasando se lanza sobre mi sin nada de delicadeza, comienza a desabrochar los botones de mi blusa y manosear mi vientre y pechos, la repulsión y él asco que su tacto provoca en mi es insoportable, pero no puedo hacer nada para evitarlo, de pronto sus manos bajan al botón que sostiene mis vaqueros y lo desabrocha con facilidad, entonces, él entendimiento me golpea con mas fuerza de la que quisiera admitir..

Es mi "tío"
Va a intentar abusar de mi, otra vez...

Sin darme cuenta estoy gritando ayuda entre sollozos, me retuerzo desesperada, un puñetazo es azotado en la parte izquierda de mi rostro y todo se vuelve negro, no puedo ver nada, pero eso no me impide ser consiente de como ese hombre me toca desde mis pechos hasta mis muslos.

Las lágrimas pesadas y calientes no deja de caer por mis mejillas y mi boca no deja de gritar...

***

-¡No! ¡alguien por favor ayudeme!

-¡Natalia!

-No me toques ¡alejate!

***

Escuchaba voces pero no podía despertar de mi pesadilla, intente abrir los ojos pero mis párpados pesan mas de lo que me gustaría admitir.

No podía moverme, mi cuerpo no me respondía, era como si mi cuerpo desechara las señales que le enviaba mi cerebelo, como si tuviese voluntad propia y no quisiese moverse.

Sentí un tacto sobre mi frente, un tacto que conozco bastante bien, es mi madre.

Nuevamente intente abrir los ojos y lo conseguí, la luz cegadora que entra por la ventana de mi habitación me obligo a cerrar los ojos de golpe, ya pasados unos segundos o minutos, no estoy segura, volví abrir los ojos lentamente para acostumbrarme a la luz.

-Dios, Natalia me has dado un gran susto-di mi madre con la mano en el pecho dándole dramatizmo a sus palabras, hubiera puesto los ojos en blanco de no ser por el dolor infernal que tengo en la cabeza- ¿Te sientes bien?-me pregunto

Yo intentaba encontrar mi voz dentro de mi cuerpo.

-S-si- dije con voz temblorosa, mi madre suspiro

Sólo "Amigos" ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora