Se conocieron cuando aún eran adolescentes, Suga sabía que no la merecía y que le había hecho daño, pero cuando se encontró nuevamente con ella trató de olvidar el pasado y comenzar de nuevo a su lado, pero los monstruos en su cabeza no lo dejaban e...
Faltaban diez minutos para las nueve de la mañana, gracias a Dios ya me encontraba fuera del estudio de Suga, conocía su temperamento, si se me hubiese ocurrido llegar un poco tarde lo más probable es que no la hubiese contado. Golpee la puerta despacio, dos pequeños golpes. No hubo respuesta. Golpee otra vez, y como nuevamente no hubo respuesta entré despacio, silenciosamente. Suga estaba sentado con los audífonos puestos, tenía el volumen tan alto que incluso yo podía oír algo de esa triste pero agresiva melodía, estaba segura de que la había compuesto él ya que tenía un montón de hojas con apuntes y rayones. Me senté detrás de el y comencé a observarlo detenidamente, se veía inmerso en la música como si a través de ella contara todo lo que no podía salir de su boca, en ocasiones apretaba los puños y la mandíbula para después volver a relajarse dejándose llevar por la melodía. Miró la hora unas cuantas veces, y cuando ya eran las nueve giró para mirar la puerta, de seguro me estaba esperando, lo que hizo que me pusiera nerviosa.
-Lo siento por haber entrado sin avisar... golpee pero no contestaste.-Dije mientras un apurado Suga ordenaba los apuntes y los guardaba bajo una carpeta.- ¿Te ayudo a ordenar?
-¡No! déjalo así.- respondió demasiado nervioso. Cuando logró mantener la compostura me indicó que me sentara y lo esperara en silencio, no quería que yo interrumpiera en su trabajo. Me apoyé en el respaldo de la silla y comencé a leer un libro que me había recomendado mi hermana, ya que conociendo a Suga pasaríamos un largo tiempo hasta que dejara de trabajar. Era la clase de persona que se saltaba sus comidas con tal de terminar lo que había empezado y a pesar de la rabia que sentía hacia él sabía perfectamente que esa era una de las razones por las que hace años atrás me había enamorado de él. Alejé esos pensamientos y comencé a hacer mi trabajo, saqué mi cámara y tomé algunas fotografías del concentrado Suga, seguramente servirían para regalárselas a las fans en algún Fanmeeting o yo que sé, solo hacía mi trabajo. Pasado unos minutos noté como Suga comenzó a evitar mis fotografías corriendo la cara, me acerqué un poco más y al parecer no le gustó la idea ya que se giró y me miró con rabia.
-¿Quieres dejar de tomar las jodidas fotografías? Me estás molestando.- soltó apretando los dientes.
-O sea no quieres que hable ni que tome las malditas fotografías, ¿Cómo esperas que haga mi trabajo?.- Dije aún más molesta que el. Vi como paso la mano por su pelo y maldijo entre dientes. Yo en respuesta crucé mis brazos desafiante, esperando su respuesta.
-Entonces que propones... no puedo seguir trabajando aquí contigo, me des concentras.- respondió algo más calmado.
-Salgamos entonces, te hará bien tomar un poco de sol.- traté de sonar lo más amable posible, no quería que "blanca nieves" se ofuscara.
-¿Sabes acaso la cantidad de trabajo que tengo?-dijo con cara de pocos amigos. Pero mi insistencia era más grande, debía terminar mi trabajo, y dentro de ese oscuro estudio solo lograba tomar fotografías del nivel de un aficionado.
-Solo saldremos a tomar algo, prometo que será breve, tomo un par de fotografías y luego volvemos... ¿Qué dices?-Eso es. Lo estaba convenciendo.
-Está bien, pero que sea rápido.
Salimos a un parque que quedaba cerca, pero pronto unas fans reconocieron a Suga y decidimos ir a un pequeño local con poca afluencia de público. Ya era hora de almorzar y pedimos una pequeña colación ya que teníamos hambre. El silencio era tan incomodo que se podía palpar. Yo procuraba mantener mi boca llena mientras el observaba su celular con expresión neutra, de pronto recibió una llamada a su móvil y contestó, parecía ser importante ya que me pidió que lo acompañara por lo que decidimos dejar las fotografías para después. Lo que en un principio tardaría dos horas se alargó hasta las nueve de la noche. Estaba tan enojada que me salía humo por las orejas, Suga lo notó por lo que solo se mantenía en silencio.
-Necesito un trago.- dije de pronto. Era cierto, había perdido mi oportunidad de tomar las fotografías ya que era de noche.
-Entiendo, entonces nos vemos otro día.- soltó sin más. Lo agarré del cuello de la chaqueta y lo giré hacia mi.
-Y tu me vas a acompañar, no pienso ir a beber sola.- No le quedó más opción que acompañarme, me la debía. Llegamos al bar y pedí dos tragos. Bebí el mio en pocos minutos, mientras que el solo lo observaba.- ¿Qué esperas, una tarjeta de invitación?- dije mientras le acercaba más el trago.
-Yo no bebo.- Noté como se sonrojaba.
-Supongo que es una broma, ya estás bastante mayorcito ¿No?- le dije desafiándolo.
-Tengo trabajo que hacer, necesito estar sobrio.
-Ohh vámos Yoon.. digo Suga, ¿No será que tienes poca tolerancia al alcohol?- solté una risita burlesca. De pronto tomó el vaso y lo bebió de un trago, al parecer mis palabras dañaban su orgullo. Después de un rato volvió a tomar otro trago, pero lentamente comenzó a bajar la cabeza. No podía ser. Efectivamente tenía poca tolerancia al alcohol.- Mierda, ¡Suga despierta!- di unas palmaditas en sus enrojecidas mejillas, pero no hubo respuesta.- Perfecto, ahora tengo que cargar con un borracho hasta el estudio.- pensé molesta. Tapé su cabeza lo mejor que pude para que no lo reconocieran y comencé a llevarlo hasta su estudio. Caminábamos lentamente mientras el se sujetaba de mis hombros. Era jodidamente difícil caminar, además yo también estaba un tanto borracha.
-Vistee nuess..tra presentación.- dijo Suga arrastrando las palabras. Estaba demasiado borracho y solo había tomado dos copas.
- ¿Cuál presentación? ¿De qué hablas?- pregunté porque de verdad no sabía de que hablaba.
-¡Fireeeeeeee!- Comenzó a cantar a gritos.- Bultaoreune~~.- Tapé su boca como pude, pero se libró de mi agarre.- ¿No sssabes que esta sssemana terrrminamos de prrromocionar Fire?- dijo de forma graciosa.
- No, no lo sabía, pero prometo ver tu presentación si te callas la boca.- dije tratando de convencerlo.
-Ohhh...¡¡In fires man!!- Comenzó a gritar más fuerte. Hasta que de pronto dentro de una tienda de convivencia pudimos ver a un extraño hombre disfrazado de una especie de Oso negro que yo jamás en la vida había visto. Por lo visto Suga si lo conocía, porque comenzó a despojarse de su ropa mientras corría a su encuentro.- Kumamoooonnn~~.- dijo con una tierna voz.
-¡Suga espera!- no logré alcanzarlo, se lanzó a los brazos de ese extraño ser e intentó alimentarlo con los restos de una comida que quedaba en un mesón.
-¡Rápido, rápido! toma una fotografía de kumamon... porfiiiiiis~~.- dijo con una chillona voz. Saqué mi cámara y logré tomar varias fotografías y también algunos vídeos, se veía tan feliz que hasta daba risa, y de alguna manera logré tomar las mejores fotografías que se me podrían haber ocurrido.
-Esto es puro oro.- dije mientras observaba el lado oculto de el hombre que se encontraba frente a mi.
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