Viernes 13

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-¿¡Trabajo comunitario al colegio?!¡Esto no es una película!- dijo Clara elevando la voz, claramente indignada.

Había llegado tarde y había corrido por los pasillos pero, cuando estaba a un pasó de su puerta, Elena la había interrumpido y la había pedido que la acompañase a su despacho.

- Tranquila señorita Vallejo- como odiaba que la llamasen por su apellido pero, siendo aquella mujer, no la hubiese agradado ni que la llamase princesa.- Éste señorito le ayudará- dijo haciendo pasar a un chico que esperaba fuera

Oh dios mío, es Él, no me lo puedo creer.

-Por favor siéntese junto a la señorita Vallejo.- y Él se sentó-. Ahora mismo la estaba comentando que tendrán que hacer " trabajos comunitarios"- empezó poniendo énfasis a esas dos palabras- para nuestro colegio como reprimenda por llegar tarde. Estos se verán relacionados con el inminente día de la solidaridad.

Sí él estaba en desacuerdo no lo demostró, aunque cierto era que no le convenía por su reputación y por su relación con aquella mujer, no por nada había sido el único capaz de sacar cinco nueve en su asignatura.

Como fue su única respuesta Elena siguió

- Se quedarán de hoy al día de la solidaridad ayudando una hora después del final de las clases. En la sala de usos múltiples. Eso es todo, pueden retirarse

Clara se levantó de un salto y salió de allí tragándose su indignación y la vergüenza.¡Tendría que hacer trabajos comunitarios!¡Para el colegio! Y lo más increíble con él.

Era difícil explicar por qué no le hacía gracia, pero no era sólo vergüenza sino también algo de miedo a estar tanto tiempo con aquel chico. El día de la solidaridad era en una semana, una semana muuuuuuy larga.

Llegó a clase y allí estaba su profesora de matemáticas para alegrarle el día. Ironía a tope de power.

Se sentó en su sitio y trató de concentrarse pero una molesta voz la distrajo de sus pensamientos.

-A mi esa niña me da asco, como sí se muere- era Damián y hablaba de ella.

Clara se imaginó con una espada en la mano separando la cabeza de aquel chico del resto del cuerpo y una sonrisa surcó su rostro.

Pasó por alto el comentario, jamás se atrevería a decírselo a la cara en privado. Ni él ni nadie de aquella clase.

A la rubia la conocían por estar loca y por tener muy mala leche. Aparte nadie la entendía cuando hablaba y ella ganaba en el terreno verbal.

Así que Clara siguió con los ejercicios.

Y de nuevo la cosa se fastidió. Otra vez aquella irritable mujer irrumpia su clase, y con ello su paz, para sacarla de su clase junto con Él.

- El tema de éste año será el tsunami de Filipinas - empezó Elena una vez fuera de la clase- y vais a hacer un comic gigante en el que hable del desastre. Por supuesto éste trabajo lo haréis solos y lo haréis lo mejor posible o, sí el trabajo no es lo suficiente eficiente, se os suspenderá la asignatura de lengua. Lo he hablado con Don José y le parece bien.

Clara casi tropezó al oír la noticia.

Ella no podía suspender lengua, jamás, sacaba sobresalientes sin estudiar y adoraba lo relacionado con la lectura.

Se dio cuenta de que a Él la noticia no le hacía mucha gracia pero volvió a callar.

Condenado viernes 13

Te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora