Pelea de globos

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Actualidad

-¿Manuel te llamó para felicitarte?- sus amigas parecían confusas

Cuando Clara había contado aquello su rostro se había ido ensombreciendo, como si recordarlo fuera doloroso, cosa que era.

Clara asintió.

Estaba rara, triste, melancólica.

Recordar a Manuel era para ella tan doloroso como, tiempo atrás, recordar a Iván.

Volvemos a Llanos del Hospital

Clara estaba mal y Jonai lo sabía. Alguien que Jonai no conocía la había llamado y ahora estaba triste.

Y Jonai, como buen amigo que era, tenía que animarla..

- Eh mira eso- dijo él.

Al final del mercadillo había una gran explanada donde la gente había iniciado una guerra de globos de agua. Los bordes del campo de batalla los delimitaban unos grandes barreños que contenían globos de agua. Los barreños eran constantemente rellenados por un gentío caracterizado por una gorra verde.

Jonai soltó la mano de Clara; cogió un globo de agua y se lo lanzó a Clara.

La rubia chilló y le dijo a su amigos cosas de todo menos bonitas.

Se acercó al barreño y cogió dos globos que estampó en la cara del rubio

- En Madrid también existen los globos de agua- se burló ella

- Ésta me la pagas rubita de ciudad

Y empezaron una encarnizada batalla en la que no había claro vencedor.

Al cabo de media hora la rubia dijo

- Me rindo. Estoy agotada

- Te gané Doña :" En Madrid también existen los globos de agua"

- Capullo. Tú también estás muerto.

Ambos se dejaron caer en el suelo, totalmente empapados.

- Te queda mucho mejor la ropa así ¿Lo sabías?- dijo él fijándose en el aspecto de la ropa de su amiga

- Como sí la tuya estuviese en mejor estado.

Jonai sonrió, así era ella, tenía que quedar por encima para ser feliz. Pero a pesar de todo la quería y mucho.

Se quedaron allí tumbados en silencio hasta que ella dijo

- Es el mejor día de mi vida y todo gracias a ti. Gracias

- De nada tonta- dijo él revolviendola el pelo

-¡Para! Me estás despeinando.

- Áis pobrecita que la estoy despeinando.- Se burló

Ella le sacó la lengua y el rió. Aquella chica y sus gestos.

- Venga que tendremos que volver a casa. Para tu desgracia y la de tus padres ni te puedo raptar eternamente.- dijo él levantándose.

- Nooooo. Quiero estar así un rato más.- se quejó ella.

Pero el la levantó.

- Pues ahora me llevas tú, además tiene que ser a caballito.- dijo ella

Él rió y se agachó

- Anda sube

Clara lo miró incrédula. Sería tonto, era una broma. Pero si insistía...

Clara se subió de un saltito a la espalda de su mejor amigo.

- Arre caballo- se burló ella

- A que vas andando por chistosa

- Vale ya me callo

Y así la llevó hasta la bicicleta, que estaba aparcada al principio del mercadillo.

La gente les miraba al pasar. Unos sonreian y otros negaban con la cabeza. Pero a Clara le daba igual, para ella aquello era como volver a los seis años, cuando sus padres podían con ella.

Montaron en la bicicleta y volvieron a casa.

Lo que más le gustaba a Clara de Benasque es que su horario de salida era muy amplio y podía ir a cualquier sitio siempre y cuando la acompañara Jonai.

Una vez en casa de Clara, Jonai le enseñó la comida; pizza de jamón y queso

- Como te lo has currado eh, te ha quedado como al Chicote- bromeó ella. Jonai no le contó que había tomado la decisión de la pizza tras quemar varios alimentos.

- Anda si encima la rubita de ciudad se pondrá exigente. Tengo La vida es bella ¿Te apetece?- respondió Jonai

Clara asintió. Adoraba esa película, era preciosa.

Se sentaron, trozo de pizza en mano, a ver aquella preciosa película.

Cuando la peli se acabó Clara preguntó

- Jonai ¿Estás llorando?

Lo cierto es que el chico se había emocionado pero, negó con la cabeza a su amiga.

Te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora