Clara había vuelto a su casa y se había ido a dormir, pero estaba siendo incapaz.
Recordar todo su verano la había abierto un vacío en el pecho, les echaba de menos, a todos y cada uno de ellos.
¿Y los infinitos? Joder que se supone que íban a estar juntos siempre, incluso Jonai la había fallado
Odiaba admitir que lo de que tenía novia le dolía más de lo que mostraba. Aún así ¿Qué era lo que le pasaba en el estómago cuando pensaba en el rubio? Lo llevaba sintiendo dos años por él, pensó que era amor, pero el no querer besarle aquella noche había puesto sus hipótesis patas arriba. Sólo había una solución, hablar con Jonai. Pero para eso tenían que llegar las Navidades
Se acercó a su mesa y abrió un cajón de los laterales, al fondo había una caja, como oculta, y Clara la cogió.
Se sentó en su cama y la abrió, allí estaba un colgante azul, aparentemente intacto, pero cuando Clara fue a cogerlo se dividió en diferentes trozos. Clara suspiró ante los restos del regalo de cumpleaños de su amigo.
Y así los meses pasaron y para su suerte en clase la cambiaron de sitio y la sentaron junto a su tocaya y delante a Cristina.
A Clara le agradó el cambio, pensaba que sí le tocaba aguantar un día más a Damián terminaria tirándose de un puente
Las clases transcurrían tranquilas hasta el viernes 13
Viernes 13
No os puedo contar mi día entero porque ese día encierra un secreto entre cuatro personas: Sergio, Claudia, Sofía y yo.
Pero no tengo inconveniente en contaros el resto de mi día.
8:30
Mierda. Clara se había vuelto a quedar dormida y llegaría tarde. Encima era viernes y Elena estaría rodando los pasillos para amonestar a los más tardones. Y Clara era su víctima favorita.
El año anterior Elena había sido su tutora y ella, en vez de escuchar sus consejos, no hizo más que desafiarla. Sencillamente odiaba a esa mujer, había arruinado su asignatura favorita y encima aprovechaba la mínima para ridiculizarla ante sus compañeros, y Clara no se quedó callada. Se las devolvió a su manera, al fin y al cabo, sabía que Elena la tenía envidia porque, a diferencia de ella, la rubia sí se podía ver los pies.
Pero es había sido el año anterior, éste su tutor se había convertido en Don Carlos y estaba a salvo de aquella bruja y sus venenosos comentarios. Pero la protección de Don Carlos no impediria que la sancionase.
Empezaba mal el viernes 13
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Te quiero
Genç KurguClara una chica rara y extraña. Con mala fama se enamora de el chico perfecto. Maravillosa combinación