Capitulo 10: Psicologa

42 3 0
                                    

Ahora me encontraba parada caminando dando vueltas por mi cuarto, imaginándome cómo sería el día de mi entierro, como quienes asistirían, que pasaría, que quien me encontraría en mi habitación sin ningún signo vital.
También pensaba en que pues las pastillas posiblemente no me mataran, y aún tenía fuerza, no muchas pero si las suficientes para ir a un mercado que me quedaba en la esquina y comprar veneno, y así acabaría con todo esto que se llamaba "vida"
Me puse de frente hacia el espejo, me observe, sin antes insultarme a mi misma físicamente, después note que mis ojos estaban un poco rojos, sabía que no quería levantar sospechas y me puse unos lentes obscuros, me veía totalmente redicula , pero era eso y seguir con el plan, o arruinarlo por completo como todo lo que hacía.
Salí de mi casa, y solo grite a mis padres que volvería pronto.
Llegue y iba para el súper, pero para mi gran suerte la tienda donde pensaba comprar ese instrumento tan importante para mí, estaba cerrada, no sabia que hacer, tenía que ser una broma, después de media hora de pensar en que hacer, y decidir qué ya sería otro día, me dirigiría hacia mi casa, cuando de pronto observe que había un señor que vendía veneno para rata, no era una rata, y escuchando los comentarios y así, era muy bueno y las mataba en un máximo de 1 días, y pues me empezó a atraer, y pues total, a lo mejor y tal vez si funcionaba...
Compre 7 bolsitas de 100 gramos, las guarde y me dirigía a mi casa.
Toque y me abrió mi madre, lo bueno que llevaba los sobres de veneno dentro de mi chaqueta, y me metí sin más a mi cuarto, comenzaba a anochecer y decidí tomarme todos los sobres, y así fue, uno a uno, el primer sobre y el último fueron un martirio, pero total acabe, me empezaba a sentir muy mal, ya era noche, y empecé a pensar qué tal vez mis últimas horas serían extremadamente dolorosas, pero pues que más daba, y pues si, no me había despedido de nadie, pero creo que no tenía a alguien que realmente le importara, así que creo que no se sentirían tristes o mal por mi pérdida, yo era un gran cero a la izquierda.
Eran las 11:00 de la noche el dolor iba aumentando cada vez más, pero a pesar de todo el el dolor empezaba a sentir sueño, mucho sueño, y en mi mente dije que pues si dormía, el dolor sería menos, entonces hice mi cama y abrí mis mantas y me acosté, y me dormí.
(...)

Me desperté a las 3:00 de la mañana con un terrible dolor de estomago y unas ganas inmensas de vomitar, pero aún más grandes ganas de seguir durmiendo, y el baño me quedaba muy lejos así que decidí tomar mi bote de basura que estaba a un costado de mi cama y comencé a vomitar y me volví a recostar, a los diez minutos me volví a despertar con las ganas intensas por vomitar y volví a tomar mi bote de basura, y me volví a recostar, y así sucesivamente fue mi noche, vomitar, y dormir, vomitar y dormir, vomitar y dormir, hasta que llegó mi mama y me pregunto qué si me sentía mal y le dije que obviamente si, pero no sabía que me pasaba, no estaba en mis cinco sentido, hasta que entro mi mama a mi habitación y prendió la luz, y en ese momento capte.
En mi mente rondaba los pensamientos que no debí haber vomitado, puesto que así no moriría, ¡Fantástico Dayane, fantástico!
Mi mama examinó mi vomito, asqueroso, pero lo hizo y se dio cuenta que no era comida, no sabia que era, pero sabía que presentía, y me pregunto qué ¿que había ingerido?
Claramente no le iba a decir, es que me odio, nadie me quiere, me siento realmente mal y por eso tome pastillas, y veneno para rata para morir, para suicidarme.
Mi única respuesta fue que no sabía, no sabia, solamente eso.
Ya estaba amaneciendo, así que me dijo Dayane cámbiate, le diré a tu padre que nos lleve a la ciudad a ver al doctor, le dije que no quería ir, pero ella me contestó, no te pregunte, vamos a ir, así que apurarte... Me cambie, me puse un pants todo churro, mientras me cambiaba llegaron miles ganas de seguir vomitando pero me empezaba a controlar, salieron mis padres a los cinco minutos y me gritaron ¡Ya Dayane!
Salí y me subí a la camioneta, y mi mama todo el transcurso del camino me preguntaba qué que había pasado, yo solo le contestaba que no sabía, fue el camino más largo de mi vida, y no por qué tardará mucho en llegar con el médico, si no por las interrogantes de mi madre y mi padre y sobre todo el dolor intenso y las ganas horribles de vomitar y tener que aguantarme, por qué si no mi padre me mataría por ensuciar su camioneta.
Llegamos con el médico, era un lugar donde había varios médicos y de todo tipo, pero nosotros íbamos con doctor general, esperábamos, nos llamaron y dijeron que ya era nuestro turno, me metí al consultorio y para mi gran suerte me había tocado la doctora que me caía muy mal y creo que el sentimiento era recíproco, y me pregunto qué ahora que me pasaba con un tono irónico y sarcástico, yo solo le conteste de mal modo "que no sabia y que por eso habíamos venido a verla", mi mama me mato con la mirada, pero después me dijo la doctora bueno vamos a ver que tienes, acuéstate ahí, y ahorita vemos, me empezó a oír con el estetoscopio, y cuando escucho mi estómago hizo una cara muy rara y movió su cabeza indicando que algo no estaba a bien, yo solo quería morir, a lo mejor la doctora presentía lo que había hecho, después de ponerme una abatelenguas, me cubrió mi abdomen y observo mi garganta y siguió haciendo caras muy raras, me quito el abatelenguas y me dijo puedes levantarte, me senté junto a mi madre y solo quería morir, la doctora se metió a una otra sala  y dijo ahora vuelvo y se me quedó viendo muy raro....

Cuando regresó había  llegado con una psicóloga.
Solo quería morir, sabía lo que me esperaba...

El último día. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora