Amor... el inconfundible, maravilloso, placentero y doloroso amor. Todos hemos amado alguna vez en la vida, y todos hemos tenido un amor prohibido.
Yo sé que lo has sentido, sé que en algún momento has amado a alguien que ante los ojos de la socieda...
Llegué a casa cansada después de haber pasado horas con mis amigas, salir con ellas era agotador, me habían hecho caminar demasiado y los pies habían llegado a dolerme.
Subí las escaleras rumbo a mi habitación sin avisar que ya había llegado y cerré la puerta detrás mía.
Me recosté en la mullida cama y saqué mi celular para revisar mis redes sociales, me aburría demasiado estando de vacaciones.
Al tener un círculo social bastante pequeño no salía demasiado, por lo que cuando salía con mis amigas era estar afuera todo el día.
Ya era bastante tarde, el grito de mi madre avisando que la cena estaba lista retumbó por toda la casa, suspiré pesadamente y no dudé un segundo para bajar, realmente no tenía apetito, pero ella odiaba que la hicieran esperar.
Llegué a la cocina donde mi madre ya estaba sirviendo los platos con lo que parecía sopa de tomate, aunque al probarla sabía más a agua que a otra cosa.
En toda la cena no hubo conversación alguna con ella, desde la muerte de papá hace tres años, las noches en familia habían terminado por completo, ella había cambiado mucho, ya no se interesaba en tener una relación ni conmigo ni con nadie, descuidaba su imagen y su humor estaba horrible la mayor parte del tiempo, y con los años yo también terminé por alejarme. A mi parecer, éramos dos extrañas viviendo en la misma casa, la sola idea de pasar una hora con ella me parecía impensable y molesto.
Apenas terminé el intento de sopa, dejé los trastos en el lavabo y subí de nuevo a mi habitación, encerrándome.
Tomé mi laptop que reposaba en el mueble junto a mi cama y teclee en el buscador departamentos en venta, un año después de que mi papá muriera empecé a cantar fuera de la escuela, aprovechando mis horas libres, la música era la única cosa capaz de sacarme de mi realidad y llevarme a un mejor mundo, donde podía ser libre, de esa manera ganaba dinero que posteriormente iba guardando. Para entonces ya había juntado una buena cantidad para comprar por lo menos un departamento decente.
Encontré uno que llamó mi atención, era bonito y parecía acogedor y elegante.
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Registré el número en mi teléfono para marcar al día siguiente.
Apagué la laptop y la dejé en el mismo mueble junto con mi celular y me acomodé para dormir.
A la mañana siguiente me levanté muy temprano para arreglarme, había quedado de verme con Lucy y Mariana, mis amigas desde el inicio de la secundaria, les había prometido que saldríamos más seguido.
Tomé mis cosas y sin avisar salí de la casa para encontrarme con ellas en el café que tanto nos gustaba, como era ya costumbre yo llegué antes que ellas y tuve que sentarme a esperarlas en la mesa que solíamos ocupar siempre.
Para aprovechar el tiempo llamé al número que había guardado ayer. Me respondió una señora muy amable.