Capítulo 16

151 9 0
                                    

Otra vez era lunes, me encantaría decir “odio los lunes” como todos lo hacían, pero yo no podía ser capaz de odiarlos, no podía odiar ningún día de la semana.

De lunes a viernes podía ver a Erick en la escuela, aunque ahí sólo le hablara de profesor, tratábamos de ser tan discretos como podíamos, pero a veces, poniendo de pretexto que pasaba a los asientos para preguntar si no había dudas, se acercaba a mi asiento y tomaba mi mano por unos segundos. Anthony era mi aliado en todo esto, al terminar las clases siempre era la última en salir, Amy constantemente insistía en esperarme, pero Anthony la convencía y se la llevaba para dejarme unos minutos a solas con Erick.

La puerta de los salones tenía una ventana muy pequeña, con una cortina igual de pequeña que podía cerrarse a voluntad, lo que nos permitía besarnos por lapsos cortos, era uno de los pocos momentos que teníamos para estar los dos solos.

Seguía visitandome en la sala de música, eso no había cambiado, ahí también teníamos nuestros pequeños momentos. Aunque nada pasaba más allá de los besos, supongo que yo no me sentía preparada para ir más allá, y él era un caballero en toda la extensión de la palabra, lo comprendía y lo respetaba.

Amy había conocido a un chico en la cafetería, se sentaba con otros dos chicos en una mesa más apartada de la nuestra, fue algo extraño, el tipo sólo llegó a sacarle plática como si la conociera de toda la vida, era alto, moreno y no estaba en clases con nosotros, al parecer era un año más grande, aunque en realidad no lo sé. Se llamaba Nick, pero no me fiaba de ese tipo, parecía el típico Don Juan que le gusta conquistar chicas para tirarlas después como si fueran un juguete que acaba de romperse, aunque luego me regañaba mentalmente diciendo que no podía dejarme guiar por lo que me indicaba la primera impresión de un chico al que nunca le había hablado. Tal vez me estaba equivocando.

(Nota de la autora: vi a este chico en una película muy buena llamada Nerve, así es como me imagino a Nick)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Nota de la autora: vi a este chico en una película muy buena llamada Nerve, así es como me imagino a Nick)

Pasaron los días y yo veía a Amy cada vez más emocionada e ilusionada con Nick, Anthony y yo no le veíamos nada de malo en eso, él parecía tratarla bien y eso nos dejaba tranquilos. Tampoco era como que pudiéramos meternos en la vida de Amy como si fuera nuestra, pero estábamos dispuestos a ayudarla en cualquier problema que surgiera, porque eso hacen los amigos.

Dos meses después de conocerlo, él le pidió que fuera su novia, ella aceptó encantada, a su parecer tenía todo lo que quería; estaba en la escuela que deseaba, con amigos que la querían y un guapo novio que la traía vuelta loca, al parecer todo parecía iluminar la carita inocente de mi sensible amiga.

Pero el sueño no era un cuento de hadas después de todo, un mes después de que empezaron a salir, ella comenzó a apartarse cada vez más de nosotros, si nos la cruzábamos a duras penas nos saludaba y eso de vez en cuando, en las clases ya no se sentaba con nosotros, eso nos pareció extraño, pero se lo atribuimos a que prefería pasar tiempo con su novio, luego nos dimos cuenta de la verdadera situacion. Él comenzó a controlarle la manera de vestir -que de por sí ya era muy recatada- le prohibió usar faldas, vestidos, pantalones muy justos, blusas escotadas aunque éste fuera mínimo, cualquier cosa que para él pareciera “provocativo”, era incorrecta.

Recuerdo que cuando había conocido a Amy, me había parecido que su autoestima era baja, pero ahora no me lo parecía, estaba segura de que su autoestima estaba por los suelos, eso me preocupaba, pues las personas que no tenían confianza en sí mismos, constantemente se dejaban manipular por otros, como mi querida amiga estaba haciendo ahora con ese tipo, qué resultó sí ser lo que yo había pensado desde un principio, con la ligera diferencia de que aún no la botaba como ropa vieja, sino que la controlaba y la mantenía con él por puro placer y ego, llenándole los oídos con palabras bonitas y promesas vacías, la hacía estar a sus pies sin que ella se diera cuenta, y eso me frustraba.

—¿Qué ocurre, preciosa? Has estado pensativa estos días, incluso creo que molesta. Tu hermoso y delicado rostro se ve ensombrecido por ese ceño que frunces cada vez más fuerte, ¿ha ocurrido algo?

Había invitado a cenar a Erick, yo a duras penas había tocado mi comida.

—No es nada— respondí soltando un largo suspiro, él me miró no muy convencido, así que opté por contarle —estoy preocupada por Amy.

—¿Tu amiga?— asentí con la cabeza.

—Hace tiempo conoció al que hoy es su novio, pero él la manipula a su antojo, le controla la forma de vestir, de comportarse, ya no pasa tiempo ni con Anthony ni conmigo, solamente está con él, ella no se da cuenta de lo qué hace y eso me frustra.

Escuché su pequeña risa del otro lado de la mesa, de pronto se levantó y caminó hacia mí, se hincó y tomó mis manos, con el dedo pulgar acarició el dorso.

—Mi princesa... siempre preocupándose por los demás— un sonrojo se apoderó de mí —Preciosa, desgraciadamente no puedes hacer nada, me temo que para que eso termine, tendrá que ser decisión de Amy, y sólo de ella. Tú, como amiga que se preocupa por ella, lo que tienes que hacer es estar ahí para cuando lo necesite— hice una mueca, sabía que él tenía razón, pero no quería quedar de brazos cruzados cuando mi amiga podía estar en peligro, este tipo no la había golpeado nunca, pero temía que no tardara en hacerlo.

—Mira— prosiguió — te prometo que si veo en la escuela que él le hace algo, por mínimo que sea, tomaré cartas en el asunto, porque eso es violencia, ¿Te quedarás más tranquila si hago eso?

Asentí con el alivio creciendo en mi pecho, lo abracé fuertemente y terminamos de cenar, Erick fue a casa a preparar un repertorio, en las semanas siguientes íbamos a ensayar, pues se venía otra presentación con el coro.

Era hora de poner manos a la obra otra vez.

Las Notas Del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora