Las Notas Del Corazón

Capítulo 9

La clase de historia de la música era divertida si sabías entender al profesor, no era el caso de muchos por supuesto, pero yo disfrutaba todas las clases a las que asistía, parecía como si hubiera una conspiración a mi favor para amar cada segundo de mi estancia en la escuela.

Historia de la música terminó, salí y en el pasillo me topé con el profesor Phantom, me dedicó una linda sonrisa y siguió su camino hacia su clase.

En estos últimos meses había arreglado todo con el profesor Phantom, a pesar de que mis sentimientos por él no cambiaban en lo absoluto, parecía ahora saber ocultarlo muy bien, y podía amarlo simplemente desde lejos...

*Horas después*
Poco después de nuestra charla, el profesor nos avisó que durante nuestro tiempo en la escuela íbamos a estar participando constantemente en las actividades culturales como coro, supongo que para demostrar nuestro progreso durante las clases.

Habíamos estado practicado algunas canciones, muchas de ellas no las había escuchado jamás, algunas sí las conocía, pero no formaban parte de mi lista durante las mañanas, sólo una de ellas la conocía perfectamente, y además de conocerla, esa canción era muy importante para mí.

Pues esa canción era la favorita de mi padre.

Hallelujah

Era una canción demasiado hermosa, al escucharla sentías que todo tu alrededor desaparecía, y en mi caso, en lo único en lo que podía pensar al cantarla, era en mi padre, en como la repetía una y otra vez en su estudio y yo, siendo una niña, me quedaba afuera de éste y pasaba horas escuchándola también.

*Flashback*
Recuerdo especialmente una vez, cuando yo era muy pequeña todavía, donde él me había descubierto afuera de su estudio y en lugar de molestarse conmigo por espiar, me sonrió con dulzura y me invitó a pasar, allí dentro me senté en su regazo y con mi aguda voz de niña le pregunté qué tenía de especial esa canción.

Él respondió:

—Izzi (así era como solía llamarme), estás muy pequeña todavía para entenderlo, pero llegará el momento en el que encontrarás a alguien que amarás con mucha fuerza.

—Pero te amo a ti— le replique con inocencia.

Él me sonrió aún más.

—Y yo a ti Izzi, pero no me refiero a ese tipo de amor. Algún día, cuando llegue el momento, conocerás a alguien de quien quedarás perdidamente enamorada, y entonces y sólo entonces, todas las canciones románticas tendrán sentido para ti. Algo así me pasa con esta canción ¿sabes?, Cuando conocí a tu mamá yo estaba en una cafetería, y de repente la vi entrar, estaba tan hermosa que olvidé por completo al mundo a mi al rededor, y de fondo sonaba esa canción. Cada que escucho ésta canción, pienso en tu madre y en lo mucho que la amo. En un futuro, habrá una canción que te haga pensar en una persona especial y cuando eso pase, créeme pequeña, esa será la persona correcta.

Papá me abrazó con ternura y después de darme un beso en la frente me mandó a dormir.

*Fin del flashback*

No entiendo cómo pude haber olvidado las palabras de papá, tan llenas de verdad, casi podría decirles proféticas, era real, sólo dos canciones existían en todo el mundo que me hicieran recordar a las dos personas que más amaba.

Una era, por supuesto, Hallelujah, la canción que me recordaba a papá y su eterna sabiduría, al hombre que yo había admirado desde siempre hasta el día de su muerte y a la fecha.

Y la otra, la que mi padre había dicho aquella noche en su estudio, la canción que me haría pensar en esa persona destinada, era la canción que toqué aquél día en la sala de música, la que sólo me hacía pensar en esos ojos chocolate llenos de brillo, esa voz grave que erizaba cada poro de mi piel, y esa sonrisa... Ni siquiera podía describir esa sonrisa. Tan hermoso e inalcanzable para mí.

En fin, habíamos estado preparándonos mucho tiempo para una presentación que daríamos en el enorme auditorio con el que contaba la escuela. Era un día emocionante y lleno de expectación, en el que me hubiera gustado que estuviera mi madre... Si aún le interesara su hija.

—¿En qué piensas?

Voltee la cabeza hacia el profesor Phantom que me miraba con una bonita sonrisa sin dientes, mientras yo estaba supuestamente viendo a todos llegar y tomar su lugar para la presentación.

—Nada— contesté.

—No debes estar nerviosa, eres la mejor de mis estudiantes— intentó animarme, dió resultado, sonreí.

—No son nervios— suspiré —es sólo que me hubiera gustado que mi madre estuviera aquí, compartiendo este sueño conmigo como papá y yo quisimos desde siempre.

El profesor me miró con el ceño fruncido, pero aún así había comprensión en su mirada.

No quise hablar más del tema así que me despedí del profesor para ir al camerino destinado para los chicos que conformabamos el coro, donde esperaríamos nuestro turno de pasar.

La voz de presentador que tenía el señor Richards, director de la escuela, comenzó a sonar en todo el auditorio, y la tercera llamada fue dicha.

Cuando llegó el momento de subirnos al escenario yo tenía los nervios de punta, sentí el calor del profesor Phantom posicionarse al lado mío, y con una mirada logró tranquilizarme, ¿cómo lo hace?

Anthony notó eso, nuestras miradas se cruzaron y él alzó las cejas expectante, puse un dedo sobre mis labios para que no dijera nada. Suspiramos y subimos al escenario para empezar a cantar.

La presentación fue un rotundo éxito, la gente nos aplaudía a todos nosotros, pude notar que las lágrimas habían invadido algunos rostros, sonreí, esa era la música, un arte maravilloso capaz de llegarte al alma, antes que al cerebro.

—Muy buen trabajo chicos— el profesor Phantom estaba felicitando a todos, uno por uno, abrazándolos emocionado.

Cuando llegó conmigo me abrazó con efusividad, mis mejillas se tornaron rojas y no supe cómo reaccionar, me quedé estática.

Él debió haberse dado cuenta ya que me soltó rápidamente y carraspeo la garganta.

—Buen trabajo allá— cuando ví su rostro noté el sonrojo de sus mejillas y eso me impresionó.

—Fuimos todos— respondí colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Él asintió y se fue al centro del camerino, dió un aplauso para llamar nuestra atención y comenzó a hablar.

—Chicos, muchas felicidades por la presentación de hoy, de verdad estoy muy orgulloso del desempeño de todos, ahora quiero decirles una cosa, no se los había comentado porque quería que fuera una sorpresa— con la mirada buscó mi rostro confundido, y siguió hablando —Como saben, la presentación de hoy era muy importante porque demostrarían su progreso desde el inicio de las clases hasta la fecha, pero esa no era la única razón, hablé con los directivos cuando recién comenzó a organizarse este evento, y me dijeron que si su presentación resultaba un éxito, íbamos a tener el honor de ir a representar a la escuela en el concurso de coros anual— los murmullos de asombro por parte de todos no se hicieron esperar, el profesor nos tranquilizó para darnos una noticia aún mejor —cuando estaban bajando del escenario para venir al camerino, me topé con el director y me dió el visto bueno para poder ir a concursar, en una semana partimos a Playa del Carmen, para competir en nombre de la escuela.

Todo el camerino estalló en gritos de felicidad y emoción, esta era una gran oportunidad para todos nosotros, Anthony se acercó a mí y me abrazó con alegría hasta el punto en que mis pies dejaron de tocar el suelo, me reí con fuerza y me puso de nuevo en el piso.

Esta era una gran noticia.