→ XV: Al borde del colapso

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Eran las siete y treinta y dos de la mañana, los cuatro íbamos de camino a la escuela mientras charlábamos sobre cualquier cosa; me gustaba este tipo de ambiente, porque a pesar de la situación que estábamos enfrentando y de que ellos no sabían con exactitud la profundidad del asunto, podíamos relajarnos un poco.

Scar me había dicho que llegaría tarde a la escuela porque tenía asuntos pendientes, y quería preguntarle sobre eso y también sobre la cantidad de armas que vi ese día en su cuarto, pero probablemente me daría un golpe que me dejase tuerto por revisar sus cosas.

¡Cuidado!chilló Lacus.

Inmediatamente sentí un jalón desde él cuello de mi uniforme, iba a protestar ante ello, pero apenas abrí la boca, un enorme camión de mudanza pasó justo frente a mis ojos; casi que me atropelló.

¡¿Acaso estás loco, Yuu-chan?! ¡casi...!me recriminó Mika con la respiración agitada y totalmente tenso; lo miré sorprendido, lo que él pareció notar e intentó relajarse—. Casi pudiste morir.

Lo siento, pero no pasó nada, estoy bienmurmuré un poco ansioso por sus reacciones.

Desde ayer ellos estaban muy tensos, y yo me sentía mal por eso.

[...]

La clase de física matemática era la cosa más aburrida que había tenido que aprender y aunque lo que el profesor explicaba yo lo comprendía a la perfección, era demasiado aburrido; y para abonarle, Scarlett aún no había llegado.

Estaba un poco sorprendido porque ella me dejase solo tanto tiempo, pero supuse que confiaba en los chicos tanto como yo; giré mi rostro y en lugar de prestar atención, miré por la ventana.

Afuera habían personas caminando por la acera y algunos estudiantes practicando educación física; decidí entretenerme contándolos, me guié por el color de su cabello y casi me caí de mi silla cuando vi una cabellera de color lila.

[...]

Vamos a casa, chicospedí en el receso apenas me encontré con ellos en el pasillo.

Yo estaba sumamente nervioso, sentía mi corazón latiendo demasiado rápido y mis manos sudando por la ansiedad; para agregarle más al asunto, ella aún no llegaba.

—¿Estás bien, Yuu-chan? —me preguntó Mika; negué de inmediato.

Creo que si Yuu no quiere estar aquí, es mejor ir a la casa de Scarlett —opinó Rene siendo la voz de la razón; le agradecí internamente.

Ellos se pusieron de acuerdo y empezamos a caminar a la salida, pero justo antes de hacerlo, un anuncio resonó en toda la escuela por medio de los altavoces.

Todos los estudiantes diríjanse al gimnasio, por favorse anunciaba.

El mensaje fue repetido tres veces, y miré a los chicos aún con nervios.

Creo que al menos uno de nosotros debe ir a ver de qué se trata —opinó Lacus.

No, si va uno, debemos ir todos —murmuró el ojeroso.

Sí, entre dos no vamos a poder proteger a Yuu-chan —sinceró el rubio.

Al ver hacia donde iba el asunto, empecé a negar con fuerza, pero ellos parecieron no notarlo; quizá lo hice de forma interna, cuando estaba muy nervioso eso solía pasarme.

No soy quien tú crees [MikaYuu] (Terminada) |Resubiendo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora