→ XX: Escape de un desconocido

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Goshi, si me dices que lo sabías, juro que voy a Francia para golpear tu horrorosa cara —amenazó Scarlett hablando por teléfono.

Cálmate, Scarlett —se rió él—. Te afectó mucho, pensé que llamabas para dar un informe de situación y escuchar opciones.

—Ojalá te mueras —le deseó ella—. Quiero escuchar las opciones, ahora.

Scarlett me miró preocupada, luego acarició mi cabello y se fue de la habitación en la que estábamos; no entendí porqué no podía escucharla, pero decidí centrar mis pensamientos en los chicos, especialmente en Mika.

¿Estarían bien? Ella me había dicho que no era seguro que estuviéramos todos en el mismo lugar, así que los envió a otro, pero tenerlos lejos no me dejaba tranquilo, sobretodo después de que el rubio se me hubiese declarado; me sonrojé al recordar la escena y luego suspiré.

Esperaba que todo esto no cambiara sus sentimientos por mí, porque si era sincero conmigo mismo, él sí me gustaba...

[...]

¿Por qué demonios tenemos a dos traidoras y a un mocoso en la sala de interrogatorio? ¿y por qué diablos hay una alerta roja con Yuu y con Scarlett? —cuestionó Guren intentando no gritar; Shinya estaba con ellos y le había pedido ser paciente.

Descubrimos que las amenazas anónimas vienen de Japón, y también descubrimos que había un informante en la escuela donde estaban ellos dos —explicó Goshi.

—¿Dónde están ellos ahora?

—Zonas seguras, Scarlett mueve un buen número de soldados para protección, así que es imposible que se descubra dónde están —expresó el rubio—. Y también, ella llamó para consultar las opciones sobre qué es lo que vamos a hacer.

—Comunícame con ella —ordenó el ojiamatista estresado.

[...]

Todo estaba yéndose al demonio lentamente, aunque ella no lo decía, yo era capaz de comprender que estaba molesta y me enojaba que no me dijera nada, pero no quería estresarla más; suspiré nuevamente y me recosté sobre la silla en la que estaba.

Ella suspiró también al regresar conmigo, formó una sonrisa amable y se acercó a mí.

Cálmate, Yuu, lo voy a solucionar —me aseguró parándose frente a mí.

¿Y ellos...? —pregunté.

Estarán bien, esto no es nada fuera de lo normal, solo es una medida de protección —me explicó gentilmente.

Hice mala cara, pero asentí, no quería preocuparla con mi estado mental, así que no quise decirle nada más; ella me revolvió el cabello con amabilidad y siguió caminando de lado a lado en el lugar.

Decidí ignorarla y tratar de descansar, por lo que me recosté en el suelo del frío búnker en el que nos habíamos escondido.

[...]

—Scarlett, ¿dónde está el mocoso? —interrogó Guren con cierto nerviosismo.

—En un búnker conmigo, está bien —respondió ella con relativa calma—. Guren, ¿qué se supone que debo hacer ahora? Estoy esperando una orden.

—Tu escuadrón me dijo que las amenazas vienen de alguien en Japón, así que considero que lo mejor es que ustedes dos regresen a Francia —musitó—. Y también dijeron que a Mahiru la asesinó esta persona, por lo que no es seguro que estén allá.

Entonces volveremos —accedió ella—. Que nos esperen en el aeropuerto, de incógnito.

Tras colgar la llamada, la ojimiel miró a su mejor amigo dormitar en el suelo y se sintió mal por dejarlo así, por lo que buscó una cobija y lo arropó con cuidado; suspiró cansada porque sabía que cuando despertase, la noticia no iba a gustarle para nada.

En el silencio de la habitación, se permitió recordar los ojos amarillosos que la observaron en el gimnasio de la escuela, la expresión de aquel rostro y el chico parado frente a ella; una risa nostálgica escapó de sus labios.

Así que estás vivo, Akemi —murmuró.

No tenía ninguna prisa en saber porqué o cómo, pues apenas llegara a Francia con Yuu, se encargaría de hacerle todo un interrogatorio; por el momento, decidió dejar de darle vueltas al asunto.

[...]

Yuu-chan no se había aparecido por este lugar al que nos habían traído, empecé a preocuparme una vez se me fue el enojo y pude razonar adecuadamente.

No me gustaba para nada el hecho de que ni siquiera se hubiesen comunicado con nosotros para decirnos que estaban bien o algo parecido; y lo peor es que los sujetos que nos estaban custodiando no respondían ninguna de nuestras preguntas.

Pero para distraernos de la preocupación y los nervios, Rene, Lacus y yo decidimos usar el tiempo cautivos para entrenar usando el régimen que nos dio Scarlett, en caso de que ella regresase con Yuu-chan y tuviésemos que defendernos.

Estábamos en medio de una pelea cuando la puerta del lugar se abrió y nos dejó ver al par que estábamos esperando con ansias; apenas visualicé al tierno chico del que me había enamorado, no me importó estar todo transpirado y corrí para abrazarlo.

—Yuu-chan, estás bien... —jadeé estrechándolo en mis brazos con fuerza.

Huit viendra au Japon pour être en charge —oímos hablar a Scarlett con uno de esos hombres—. Elle va s'occuper d'eux.

Ocho vendrá a Japón para estar a cargo; ella se encargará de ellos.

Una vez finalizó lo que fuere que le dijo, cosa que me sorprendió bastante, se acercó a Lacus y a Rene y los abrazó con fuerza; mientras tanto, Yuu-chan no se había movido de en medio de mis brazos, y no era que me molestase, sino que se me hizo un tanto extraño.

—¿Estás bien, Yuu-chan? —susurré llevando mis manos a su rostro.

Él levantó la mirada con pesar, me preocupó su expresión dolida, por lo que de inmediato me puse en alerta.

—S-Scar y yo vamos a volver a Francia... —murmuró en un ligero gemido de dolor.

Abrí los ojos con sorpresa ante aquello.

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Pobre Mika :'v

Oh, y feliz año nuevo <3

Espero les haya gustado

Bye!

No soy quien tú crees [MikaYuu] (Terminada) |Resubiendo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora