La vida es más que sobrevivir

Nuestra boda.

Pov Clarke.

Hacía una semana que Lexa me había propuesto matrimonio y hoy seria nuestra boda, queríamos casarnos en ese mismo instante, pero habíamos tenido que posponerla por que mi madre quería que fuera una mezcla de ambas culturas. Entonces aquí estaba, con un largo vestido azul, con Lexa a mi lado, tomadas de la mano frente a un altar  lleno de velas y flores blancas, paradas frente a  nuestros amigos y familia. Raven había echo un increíble trabajo haciendo los anillos, eran unas piezas de plata con nuestras iniciales de tal manera que parecía un símbolo, Ella se acerco para entregárnoslos y yo tome el anillo de Lexa y se lo coloque en su mano, Lexa tomo el mío y me lo puso, nos giramos para ver como Octavia se acercaba con un cuchillo, era el cuchillo de Lexa, ese el cual sostenía el día que nos conocimos, con el que que evito que Quiin me asesinara, el que me había entregado para protegerme. Lo coloco sobre las velas y después lo introdujo en un cuenco con agua, alzo la palma de su mano, donde en su cuarto dedo estaba el anillo que le acababa de colocar, hizo un leve corte y después me paso el cuchillo, yo hice lo mismo. 

-Jamas pense que tendría la oportunidad de volver a amar a alguien.- comenzó a decir Lexa mirándome a los ojos.- Jamas pensé que alguien como tu pudiera amar  alguien como yo, estoy enamorada de ti desde el momento en el cual cruzaste la puerta de mi tienda para venir a hacer un trato conmigo.- sonreímos ante este recuerdo.- Y hoy, te tomo como mi esposa, como mi igual, juro Clarke, que tus necesidades serán las mías, que te pondré ante todo y que siempre encontrare la manera de hacerte feliz por que te amo.

Sus palabras hicieron que me embargara de una felicidad inmensa.

-Una persona como yo puede amar a alguien como tu por que sin duda eres de las mejores personas que pueden existir en la tierra, eres atenta, amable, cariñosa, protectora y por sobre todas las cosas se que me amas de la misma forma en la que yo te amo a ti, juro Lexa que siempre estaré a tu lado, para amarte y protegerte, siempre estaré contigo para frenar tus impulsos.-Ante esto ella y los demás rieron.- y por sobre todo juro que te amare hasta el final de mis días. 

Extendimos nuestras manos y las juntamos. Esa era la forma terrestre de unirse en sangre, su sangre negra y la mía se mezclaron y tras eso nos dimos un beso frente a todos. Nos separamos y nos sonreímos, bajamos a donde estaban los demás y mi madre se nos acerco.

-Cariño.- dijo dándome un fuerte abrazo.- estoy tan feliz por ustedes.

Mi madre abrazo a Lexa y ella tardo unos segundo en responderle el abrazo.

-Lo siento.- dijo mi madre algo avergonzada.- fue la emoción del momento.

-No te preocupes Abby.- dijo Lexa amablemente.-Ahora somos familia.

Mi madre asintió y le regalo una sonrisa. Octavia y Lincon se acercaron con una enorme sonrisa en su rostro.

-Cuanta felicidad.- dije con tono burlón.

-Bueno.- respondió Octavia.- No todos los días uno se entera que va a ser madre.

Mis ojos se abrieron como platos y corrí a abrazar a Octavia, nos abrazamos fuertemente y cuando nos separamos vi que Lexa estaba abrazando a Lincon, se separaron y yo me lance por Lincon.

-Ahora tienes que cuidarla mas que nunca.- le dije separándome de el.

-Cuenta con ello.- respondió

Lexa le tendió la mano a Octavia.

-Vamos, comandante.- dijo burlonamente.- que yo no soy parte de la familia?

Lexa sonrío y la abrazo.

-Muchas felicidades Octavia.

-Gracias.-dijo radiante de felicidad. 

Después de esa hermosa noticia fuimos a comer todos juntos, habían preparado todo un banquete para la "pequeña" si es que se podía llamar a si, celebración de la comandante.

Me encantaba tener a mi familia y amigos reunidos, pero ansiaba que esto terminara para poder ir a celebrar con Lexa en privado. Después de un rato comenzaron a irse y era el momento perfecto, me levante y la abrace por la espalda.

-Creo que es momento de celebrar nosotros  en privado.- dije susurrando sensualmente en su oido.- No cree comandante? 

Senti el cuerpo de Lexa tensarse bajo mis brazos y giro para verme a los ojos. 

-Lo eh estado esperando durante toda la noche.- sonrío.

Esa sin duda, fue de las mejores noches de mi vida al lado de la mujer que amo. Al fin habíamos logrado conseguir paz, al fin habíamos dejado de deberle a nuestra gente, al fin podíamos ser felices.