- Vamos señoritas, falta el 2do tiempo, esta es nuestra oportunidad de marcar otro gol - alentó el entrenador Nelson - Estamos ganando 1-0, las chicas de Nueva Zelanda no pueden ganarle a mis princesas.
Jonathan Nelson, nuestro apreciado entrenador.
Nos conocía a cada una, sabía todo de nosotras, era como nuestro segundo padre en los entrenamientos, nuestro amigo en los viajes y nuestro jefe en el campo de juego.
Él sabía muy bien que nos fastidiaba que nos dijera "princesas", es por eso que nos los dice para molestarnos.
- Ugh, entrenador -dije con una mueca de asco.- Ya te dijimos miles de veces que NO nos llames princesas -continué enfatizando el no.
- Pues a mi me gusta -exclamó Marisse.
- Marisse, no somos débiles, las princesas son unas haraganas inmundas que se pasan esperando a su "príncipe azul" -contesté rápidamente haciendo gestos con los dedos.
- Nosotras somos guerreras no princesas débiles. - Me apoyó Phoebe desde el fondo.
Alcé el pulgar en forma de aprobación hacia mi querida amiga Phoebe Mitjangs, mi compañera de bromas hacia más de 10 años.
Me guiñó el ojo y yo sólo rodé los ojos.
- Bueno, ya basta, chicas - Sentenció el entrenador- Aún tenemos la otra mitad del partido, quiero que tú Charlotte acompañes a April, las dos juntas avanzaran y tú Aly quiero que defiendas el costado izquierdo de tú arco, las pelotas tienden a ser anotadas por ese lugar.- nos informó y mostró el plan de juego en una plancheta con la forma de la cancha de fútbol.
- Diría que las chicas del equipo contrario no tienen una estrategia, sólo le pasan el balón a la castaña alta. - Agregó Steph Johnson.
- Está bien- Contesté concentrandome en como le patearía el trasero a la castaña esa.
Reí mentalmente por mi burla a esa chica.
- Quiero que jueguen en equipo,recuerden que para clasificar al Mundial de fútbol femenino deben jugar juntas, acompañense y pasen siempre el balón a la que este mejor posicionada; no quiero que usted Jonhson, vaya con la pelota como sí fuera que está sola en el campo de juego.- Dijo el entrenador fulminando con la mirada a Steph.
Ella sólo asintió.
- ¡¿Quiénes somos?!- Grité eufórica.
- ¡Las guerreras australianas! - Contestaron las demás.
- ¡¿Qué haremos?!- Volví a gritar.
- ¡LE PATEAREMOS EL TRASERO A LAS NEOZELANDEZAS!- Gritamos a todo pulmón con la intención de que el equipo contrario escuche.
Su vestuario estaba frente al nuestro, así que sonreí satisfactoriamente mientras que nos preparábamos nuevamente para salir al campo de juego.
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Exceptional
Humor¿Su pasión? Fácil, el fútbol. ¿Que es lo que odia? Ser tratada como una chica débil.