CAPÍTULO 15
[NARRA ___]
-Todavía no sé cómo es que estoy haciendo esto.
Iba a terminar de bajar la pared, cuando un pie se me resbaló y estuve a punto de caerme, provocando la risa de Niall.
-Somers, escalar no es lo tuyo. -respondió riendo sin parar.
Pasé por su lado mirándole mal, bromeando.
-Venga Somers, no te enfades.
Me cogió de la mano y me acercó a su lado.
Subí a la moto, después de que él lo hiciera. Llegamos a las afueras del recinto, esperando, ya que todavía faltaban quince minutos.
-Somers, -comenzó- ayer cuando me disculpé, creo que no lo hice de la manera adecuada. -enarqué una ceja- Me refiero a llevarte a algún sitio, ya sabes.
Se rascó la nuca nervioso por mi respuesta, y no pude evitar reír de lo adorable que era cuando hacía eso.
-¿Está Niall Horan pidiéndome una cita?
-¿Quién ha dicho algo de una cita? -frunció el ceño- Sólo digo salir a comer, como amigos.
-Vale.
Entramos al recinto donde se celebraban las carreras, y allí estaban Dylan y su grupo. Me puse nerviosa, y al parecer ellos se dieron cuenta, sonriendo cuando pasamos a su lado.
-Pero mirad quién está aquí chicos, -comentó Austin- si es la zorra a la que engañó Billy. Pobrecita.
Me acarició la mejilla con su mano, que yo quité de un manotazo.
-Austin, ¿por qué no te callas la puta boca antes de que te la rompa? -amenazó Niall acercándose a él.
Lo agarré del brazo tirando de él hacia mí; no tenía ganas de presenciar una pelea en estos momentos.
-Aw, Niall, que bonito que defiendas a esta puta. ¿Te la has follado ya?
En ese momento me entraron ganas de meterle una hostia a Dylan, pero me aguanté las ganas.
-Mira, no veníamos con ganas de pelea, pero parece que tú sí. Así que yo te aconsejaría que te callases esa boca tuya antes de que te meta una hostia.
Empezaron a reírse de mí. No sabía cómo había sido capaz de decir eso. Niall me miraba con la mandíbula apretada. Me arrepentía de haber dicho eso.
-Vaya, vaya, vaya. -Dylan se acercó hasta mí, cogiéndome de la cintura- Así que eres una chica dura. Si quieres, después de que terminen las carreras vente conmigo. Nos lo vamos a pasar bien.
Fui ha apartarlo de mí, pero Niall lo hizo más rápido que yo.
-Ella no tiene nada que ver con esto, así que déjala en paz por tu bien.
-Y si no la dejo, ¿qué me harás, Horan?
Antes de que pudiera hablar, Niall le proporcionó un puñetazo en la mandíbula, apartándolo de mí. Tapé mi boca con horror sin saber qué hacer. Niall iba a seguir pegándole, pero lo aparté de él tirándolo del brazo. Ellos siguieron allí, aguantando a Dylan para que no continuara con la pelea.
-La próxima vez que te diga algo, cállate que ya me encargaré yo de él.
Su voz era dura. Me molestó que dijera eso, pero no lo culpaba por preocuparse por mí.
-Yo también sé valerme por mí misma, no hace falta que siempre estés defendiéndome como si fuera de porcelana.
Me miró serio, sin expresión alguna en su rostro. Me sentí mal por haberle dicho eso.
-Intento protegerte y lo único que haces es enfadarte conmigo en vez de agradecérmelo. No te entiendo.
-Lo siento, no era mi intención decírtelo de esa manera. Sólo digo que yo también sé defenderme a mí misma.
-Eso ya lo veremos.
Todo el tiempo que estuvimos allí no me habló ni me hizo caso. Estaba enfadada conmigo misma y también con él, porque no era para tanto lo que le había dicho.
Se clasificó otra vez más, y se dispuso a llevarme a mi casa. Una vez allí, espero a que yo me bajara de la moto.
-Niall...
Se giró a mirarme, haciendo una seña con su cabeza para que continuara hablando.
-Lo siento por lo de antes.
Asintió como aprobación y siguió sin hablar.
-¿No hablas?
-No tengo nada que decir.
Era un cabezota; un momento está agradable y al otro enfadado y antipático. No lo entiendo.
-Te he pedido disculpas, ¿me perdonas o no?
Me acerqué hasta él hasta quedar al lado suya, a ver si así se dignaba a hablar de una vez.
-Te perdono, ¿contenta?
-Sí, pero me tienes que ayudar a subir a mi habitación.
Se bajó molesto de la moto. Yo iba por delante de él mientras sonreía por haberle molestado. Me ayudó a subir, y cuando iba a irse lo interrumpí.
-Niall. -susurré.
-¿Qué quieres ahora?
-¿A qué hora quedamos mañana?
Lo pensó por unos momentos.
-A las 12:00, ¿te viene bien?
Asentí, y bajó por la ventana.
-Adiós idiota.
Me miró sorprendido, y una sonrisa se plasmó en su rostro, haciendo que mi estómago diera volteretas.
-Hasta mañana tonta.
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¡Hola! Bueno, he subido maratón, AJDBAKDBAKDBANDNDND y espero que os guste.
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