El vestido que usaría Rebecca había sido finalizado y realmente había quedado hermoso. La tela de color marfil acompañada de algunos adornos, le daban un toque femenino y elegante haciendo ver a la hija de Elizabeth demasiado bella.
Faltaba una semana exacta para la boda y cada vez me deprimía más. William había negado todo tipo de sentimientos hacia mi y no me dirigía la palabra.
Por otro lado, la compañía de Ethan en el condado hacía más divertido el tiempo que empleaba atendiendo a los Bleckford.
Al contratarlo como ayudante de cocina, los gritos horrorizados de Lady Cecile habían roto el dulce silencio que tenía el comedor desde hace días. Y es que Ethan era muy bromista, además odiaba a aquella mujer y le había llegado a poner gusanos en la comida sin que nadie se diera cuenta a excepción de las otras cocineras. Sin embargo, como a ellas también les caía mal la condesa, él se había librado de ser culpado y por lo tanto despedido.
En resumen, las cosas habían mejorado bastante, y un ejemplo de ello era que Elliot no había vuelto a agredir a su esposa.
¡'¡'¡
Los adornos y las sillas estaban siendo colocadas por un grupo de hombres y mujeres que trabajaban en el condado. Los cuáles tenían encomendado al igual que yo, ayudar a que la ceremonia saliera lo mejor posible.
Habían dejado un gran número de cestas llenas de flores preparadas para enramar la iglesia.
Los señores Hamilton habían hecho un pedido a la mejor joyería de la ciudad para que los anillos estuvieran listos.
Definitivamente todo era precioso, pero no era mi boda...
Seguí caminando entre las personas, observando cada detalle a mi alrededor, sin embargo, alguien me impidió seguir mi camino, aunque no me hizo falta girarme para saber quién era
—Disculpa, pero necesito que sueltes mi mano —murmuré haciendo el intento por no mirarle.
No quería verle a los ojos, simplemente no quería seguir sufriendo.
—Necesito hablar contigo Charlotte...
—Lo lamento milord, pero cumplo órdenes de su madre y en estos momentos no puedo —musité.
—Ya hemos hablado de lo de tutearme, y creo que te lo he dejado bien claro —suspiró—. Por favor Charlotte.
—¿Quieres hablar conmigo para volver a humillarme como lo hiciste? —pregunté—. Lo siento pero no voy a consentir ni una sola burla más —dicho esto me intenté ir, pero su mano todavía sostenía mi brazo.
—Precisamente de eso quiero hablar —respondió—. Pero en un lugar más privado.
Acepté, pero solo porque necesitaba acabar con esto.
—Bien, entonces nos vemos en el lago de siempre —informó—. Y no me llames milord.
—Como usted desee excelencia —lo había hecho adrede, verdaderamente estaba molesta.
¡'¡'¡
La luz cegadora del sol se expandía por todo el lago, y yo continuaba sentada en el césped esperando su llegada.
—Tenemos que hablar —dijo en cuanto llegó, pero no hablé.
—Charlotte... —me llamó.
—¡No me llames Charlotte como si fuera tu amiga! —exclamé—. ¡Casi toda mi vida, he servido en tu casa y te conozco desde pequeña. Llegué a enamorarme de ti y lo único que hiciste fue jugar conmigo! —tomé aire y seguí hablando—. Pero ya no pienso ser tan estúpida como lo era, a partir de ahora olvídate de mí.
—¿Querías que le dijera a mi madre que si te quería? —interrogó—. ¿Qué crees que hubiera hecho al respecto?
—¡Estoy harta de decir cosas que no siento y fingir sonrisas a gente que odio! —grité—. ¡Me da igual la opinión de tu madre, esa mujer me saca de mis casillas!
—Charlotte, realmente yo te amo pero no podía decirlo frente a mi madre —dijo con la respiración entrecortada—. Te amo, te amo demasiado y juro que me volvería loco si algo malo te sucediera.
—Unas palabras bonitas no dan a mostrar tus hechos. Si de verdad te importo, ¡demuéstralo!
—Charlotte, si no me preocupara por ti nunca te hubiera prestado aquella cantidad de dinero para ayudar a tu familia.
—¡Pero tú dejaste que me desplomara en el piso y no hiciste nada!
—¡Estaba muy enojado con mi madre como para ver lo que sucedió!
—Créeme, no he pasado 9 años enamorada de ti para que ahora vengas a romper mi corazón y veas derramar más lágrimas de todas las que ya han caído de mis ojos —exclamé—. ¡Estoy harta de ser la chica débil y sumisa que acepta todo tipo de críticas y nunca dice nada!
—Yo también estoy enamorado de ti, y lo último que quiero es ver una gota caer por tus mejillas —se defendió—. No eres débil, eres la chica con más valor que he conocido en toda mi vida, la única sirviente de la casa que se ha atrevido a hablarme con emoción y no con educación, la única que ha sido capaz de conseguir mi amistad y sobre todo robar mi corazón.
—¿No lo entiendes verdad? En una semana te casarás —bisbiseé.
—Lo sé, pero no me presentaré al altar si tu no lo deseas. El matrimonio es algo para toda la vida, y no quiero envejecer junto a Rebecca. Quiero que mis hijos sean fruto de nuestro amor, quiero que tu seas mi esposa, no ella.
Mis ojos se humedecieron y la vista se me cristalizó. No quería que me viera llorar otra vez, pero su mano ya había tomado mi mentón.
—No puedes dejar plantada a Lady Rebecca en su boda, sería una vergüenza para ella y su familia. La sociedad hablaría de ustedes hasta que obtuvieran un tema más interesante de conversación, y nunca vivirías en paz sabiendo que estropeaste la reputación de una mujer inocente.
—¿Entonces eso significa lo que creo que significa?
Yo asentí.
—Charlotte, aunque ya te lo haya repetido una y otra vez, te amo.
Mis pensamientos se desvanecieron en el momento que unió sus labios a los míos tomándome desprevenida.
¡'¡'¡
Editado✔️
Hubiera actualizado hace tiempo, pero es que estuve pensando si hacer esto o no...(esto sólo va hacia los que habían leído la otra versión)
¿Se acuerdan de lo que sucedía en los siguientes capítulos? (Posiblemente no pero da igual) A lo que iba es que voy a hacer un pequeño cambio de trayectoria en el final de forma que quedará ¡mucho más romántico y emocionante! O al menos eso creo yo...😅
Sin embargo, no voy a eliminar a ningún personaje de los que había puesto.😌😌
Estoy segura de que os va a gustar, y recuerden que yo sólo hago lo mejor para mi historia🙈
¡Besos y nos leemos!😘😘🤗
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La Sirvienta
Historical FictionUn amor prohibido circula por el condado de Bleckford. ¿Lo conseguirán mantener en secreto William y Charlotte? ¿Conseguirán superar los murmullos de la sociedad? Y lo más importante, ¿serán felices? Ella se crió en una familia humilde desde su ni...