Capítulo XXII

4.6K 372 37
                                    

Al día siguiente, me levanté a causa del gran ruido que emitió un trueno. Para mi mala suerte había comenzado a llover, y si no me daba prisa llegaría nadando al ducado.

Por lo que a pesar de aquella tormenta, terminé llegando al hogar de mi abuelo con todas mis prendas mojadas y llenas de barro. Si me permitían entrar, tendría demasiada suerte.

—¿Otra vez por aquí? —preguntó el mayordomo con el semblante serio de siempre.

—Vengo a trabajar —le respondí sin importarme su manera de hablarme.

Al terminar de decir aquello, me dejó pasar y pude observar a una chica aproximadamente de mi edad, que fregaba el suelo arrodillada con un cepillo de madera.

—¿Necesitas ayuda? —le interrogué.

La verdad es que no sabía por dónde comenzar a ayudar, Nicholas no me había especificado en qué lugar quería que trabajara, así que ayudaría a aquella joven.

—Uy hola, siento no haberte visto pero es que estaba intentando sacar una pequeña mancha y... —paró de hablar un momento y se llevó las manos a la boca—. ¡Perdón por ser tan maleducada! Me llamo Caroline, aunque me gusta más que me llamen Carol, pero si decides dirigirte hacia mí por mi nombre completo no me molestaré.

Con tan solo presentarse, supe que era una chica muy habladora, sin embargo no me importaba en absoluto.

—Mmm...mi nombre es Charlotte y tengo diecisiete años —me presenté con un cierto deje de timidez.

—Juraría que parecías más mayor que yo...¡lo siento, no quise llamarte vieja! Pero, es que yo tengo dieciocho y me confunden con una de quince. ¿Sabes? Mi prima también se llama Charlotte, pero ella tiene cinco añitos.

—Seguramente es una niña muy linda —comenté.

Por supuesto que sí, y además graciosa. A mí también me lo suelen decir aunque yo no lo creo, pero podría ser cosa de familia.

—Sí, podría ser —murmuré mareada de tanta conversación. Apenas había dicho cuatro frases.

—¡Ay señor!, se nos ha hecho muy tarde y Nicholas se despertará pronto. Acompáñame a ayudar a la cocinera a poner la mesa. Lo agradecerá y puede que nos de algún dulce.

Yo asentí en silencio y la acompañé por un largo pasillo hasta llegar a una pequeña cocina en la cuál había una mujer de unos cuarenta años aproximadamente sirviendo el desayuno en unos platos.

—Tenemos que llevarlo al comedor, es por aquí —dijo cargando varios cubiertos.

Al terminar de colocar la mesa, sonreí satisfecha. Para ser mi primer día de trabajo había logrado hacer las cosas bastante bien.

—¿Nicholas no se ha levantado?

—Suele bajar un poco tarde —me explicó—. ¡No coloques ese tenedor ahí! A veces la cocinera puede ser exigente, pero tranquila es buena persona.

—No pasa nada, en mi antiguo empleo la gente a la que servía era muchísimo más exigente y bastante malagradecida, a excepción de su hijo.

—Pobrecita, espero que no lo hayas pasado muy mal.

No obstante, no pude responder puesto que Nicholas nos saludó y se sentó en la última silla del comedor.

—Espero que sea de su agrado —le dijo Carol.

—Si ha sido hecho por mi cocinera favorita, no pienso quejarme —sonrió.

Yo fruncí el ceño.

—¿Qué sucede Charlotte?

—Eres demasiado hipócrita, ayer me trataste fatal.

—No soy hipócrita, siempre soy amable con los que trabajan en mi casa. Y respecto a lo de ayer, estaba muy alterado.

Iba a hablar, pero Caroline me interrumpió otra vez.

—¡Pero si Nicholas es un buen hombre! —objetó—. Deberías conocerlo más a fondo, por lo poco que he trabajado aquí, te lo puedo asegurar.

Sin embargo, al saber su pasado no opinaba lo mismo que mi nueva compañera.

—No digo lo contrario, pero yo sé cosas que tú no —le contesté mirando fijamente a mi abuelo.

—Por favor, estoy desayunando —se quejó—. No quiero empezar mal el día.

Esto era muy extraño, normalmente los nobles no solían hablar con la servidumbre mientras comían.

¡'¡'¡

Al salir del ducado, Ethan me esperaba. Había acordado conmigo esperarme cada día, y parecía ser que lo había cumplido.

La lluvia había cesado, no obstante algunas nubes seguían amenazando con otra tormenta.

—Hola, ¿qué tal te fue? —preguntó dándome un pequeño beso en los labios.

—Mmm, podría decirse que bien —musité.

Me sentía horrible, era odioso pensar que en cualquier momento le podría romper el corazón. O simplemente creer que nunca podría enamorarme de él.

Me autoproclamada una interesada. ¿¡Qué había hecho!?

Ethan no merecía tal mentira.

—¿Ocurre algo? —interrogó.

—¿Eh? Claro que no, estoy perfectamente.

Él arqueó una ceja y asintió.

El resto del camino fue en silencio hasta llegar a mi casa. No me gustaba estar así con Ethan. Él era mi mejor amigo, y ahora por mi culpa todo se arruinaría.

Era una imbécil.

¡'¡'¡

Editado✔️

¡Hola! Hoy les regalo un pequeño capítulo que escribí rápido, por lo tanto es un poquito más corto de lo habitual.

¡Nos leemos!❤️

La SirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora