Capítulo IX

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¡Holaaa! Gracias a la persona que me dijo lo de los diálogos.😘😘 Me puse a ver cómo se escribirían de forma correcta e incluso conseguí poner el guión largo y ahora todos los capítulos que había editado están corregidos🤗🤗 Creo que esto mejorará la calidad de lectura, y ¡espero que les guste!

Por favor, si tengo algún fallo o falta de ortografía, díganmelo estaré muy agradecida.😅😅🙈🙈

En fin...¡les dejo leer ya!😂❤️

¡'¡'¡

Mis labios dibujaban una leve sonrisa que no era capaz de llegar a mis ojos.

William realmente se casaría y yo nunca pude confesarle oficialmente lo que sentía por él.

Sin embargo con un nudo en la garganta le respondí.

—Es una gran noticia —mentí.

Lady Cecile sonrió con satisfacción y luego nos quedamos hablando sobre el tema a mitad del jardín.

Sentía que habían arrancado mi corazón, y luego lo habían pisoteado sin piedad alguna.

—Va a ser un gran festejo, la gente comentará muchísimo sobre su calidad y posiblemente vengan los personajes más importantes de Inglaterra –me informó.

Empezaba a cansarme tanta charla de su parte, parecía que me lo estaba restregando por la cara y eso dolía. ¡Había momentos en los que me comentaba lo bellos que saldrían sus nietos!

—Sí, la novia es muy afortunada de poder casarse con Lord William —mascullé.

—Obvio que sí, y tú serás la encargada de ayudar a confeccionar el vestido y colaborar en la distribución de las flores.

Planear la boda de mi amado no era algo que anhelaba, es más, no podía ni siquiera imaginarme ver a la futura esposa de William pronunciando los votos matrimoniales y besándolo en los labios. Los labios que tantas veces se habían apoderado de los míos.

¡'¡'¡

Yo William Bleckford, te tomo a ti Charlotte Meller como esposa. Prometo amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza todos los días de mi vida.

Yo Charlotte Meller, te tomo a ti William Bleckford como esposo. Prometo amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza todos los días de mi vida.

El párroco nos dio una cálida sonrisa. Ya habíamos terminado de declarar nuestro amor y ahora sólo faltaba el gran beso.

Si alguien está en contra de este matrimonio que hable ahora o que calle para siempre —pronunció el sacerdote.

Los dos nos quedamos en silencio rogando porque nadie se interpusiera, pero no fue posible. Las puertas de la iglesia se abrieron y apareció una chica de no más de veinte años con lágrimas en los ojos y corriendo hacia el altar con un hermoso vestido de novia.

—¡Yo estoy en contra de este compromiso!gritó junto al eco que se formó en el edificio.

Eso no es posibledije yo.

Ella me miró con odio y luego observó a William el cuál huyó con ella por la gran puerta.

Yo mientras le gritaba para que siguiera junto a mí, pero no me escuchaba. Lágrimas enormes caían de mis ojos mientras veía como todos los invitados murmuraban cosas por lo bajo y luego algunos comenzaban a salir dejándome sola.

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