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martes, 2004

Escribía cualquier cosa que pasara por su cabeza. Mataba el tiempo esperando a que su mejor amigo y el maestro entraran por la puerta.

Detrás de él se encontraban una niña pelirroja, otras dos de cabello negro y una castaña con el mismo tono de voz chillón e irritante.

—¿Deberíamos clasificarlos?

—Claro.

—Del más lindo al peor.

Jimin rascó la punta de su nariz, siguió desperdiciando el espacio de su libreta, escuchando atentamente a las niñitas detrás de él.

—Primero, obviamente Soobin.

—No, yo creo que Taeyong.

—Debatible.

—Bueno, ¿qué les parece Jeongguk después de ellos?

El corazón del chico se aceleró, y apretó más el marcador que llevaba en mano.

—¡Definitivamente!

—Es una persona realmente buena.

—¿Por qué lo dices? —Jimin sintió ganas de gritarle a esas mocosas para que dejaran de hablar de Jeongguk.

—Por... Bueno, ya sabes. —El chico frunció el ceño.

—¿Qué?

—Ya sabes, Park, el rarito. —Jimin sintió una horrible sensación, comenzando a tener ganas de vomitar.

—¿Qué con él?

—Solo está con ese, por pesar, tan solo imagina: tu padre te maltrataba porque eras una basura y luego lo meten en la cárcel, tu madre se mató por ser tan tonto. —No llores, sé un hombre.

—Tienes razón. Jeongguk es adorable, pero, si tuvieras que poner a Jimin en nuestra lista, ¿dónde estaría?

—De últimas, superando a las ranas del laboratorio.

Y rieron, mientras Jimin corría hacia el baño llorando.

Lloraba porque estaba destrozado.

Lloraba porque estaba rasgado en cada parte de su corazón.

Lloraba porque quería morir, porque se odiaba.

Y nadie podía cambiar eso.

BODY DYSMORPHIC [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora