38

7.9K 1.1K 113
                                    

—Jimin...

Su nombre saliendo de los labios del castaño provocó que sintiera como todo su cuerpo se estremecía en un segundo.

Se giró lentamente, quedando cara a cara con la persona que hace unos momentos lo estaba moliendo a golpes.

—Jimin, en serio lo siento tanto. —lloró el chico, tratando de acercarse al mencionado.

—No, Jeongguk, por favor basta. —dijo, tomándolo entre sus brazos. —Solo déjame en paz, ya no estoy para tus juegos. Tú tampoco mereces esto.

—Perdóname, por favor. No quería lastimarte. Pero yo... Estoy demasiado confundido.

El castaño se quitó delicadamente de encima los brazos del chico.

—Mira, solo quiero saber una cosa. —Las lágrimas empapaban las mejillas del mayor. Ya se había acostumbrado a sentir el rostro húmedo. —¿Me quieres? Dime que me amas y yo arriesgaré todo por ti.

—Jimin yo... De verdad, no puedo.

—Por favor, Guk, dilo. ¿Qué significó ese beso para ti? —preguntó, cada vez más desesperado. —¡Jeon, por favor!

No quería perderlo de nuevo.

El mayor dio media vuelta, dispuesto a irse y dejarlo todo atrás, pero la manga de su suéter no le dejaba, ya que Jeongguk la tenía fuertemente agarrada.

Trató de liberarse, pero fue en vano, lo único que terminó pasando fue que, entre tanto forcejeo, se deshizo de la prenda, cayendo el suéter al piso.

Sus brazos estaban al descubierto.

Jeongguk inspeccionó las extremidades del más bajo, encontrándose con varios cortes en ellos.

—Jimin...

—No, cállate. No tienes nada que reprocharme cuando no estuviste ahí, cuando te necesité, cuando jamás me dijiste lo que necesitaba oír. ¿Por qué, a pesar de que te entregué y transmití tanto, no hiciste nada por mí? Me abandonaste en la biblioteca y me dejaste solo. Completamente solo. Lo único que haces es golpearme, juegas conmigo todo el tiempo. Todos estos años necesité que alguien me dijera que soy lindo, aunque sea una estúpida mentira. Que me demuestre cariño, aun así sea falso. Tú tienes todo eso, ¿por qué yo no lo puedo tener?

—Yo no te amo Jimin. Tú tienes un gran problema y...

—Lo sé, sé que nada bueno permanece conmigo, pero... Nosotros éramos especiales. —susurró con la voz quebrada.

—¡Tenía miedo! —gritó, tratando de justificarse.

—¡Siempre tienes miedo!

—¡Dios, Jimin! ¡Solo perdóname! Te juro que te lo recompensaré.

El mencionado negó de manera violenta, se abrazó a sí mismo y limpió bruscamente las pequeñas gotas saladas que aún estaban en sus mejillas.

- Amarte me está matando. Duele, duele y mucho.

Fueron las últimas palabras que salieron de los labios de Jimin, antes de dirigirse a su hogar.

BODY DYSMORPHIC [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora