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—¿Noche dura?

—Si que el niño de la cama cuatro me haya vomitado encima no es noche dura entonces no sé que sea.

—¿A que hora termina tu guardia?

—En cinco minutos. Quiero llegar a casa y comer algo de sopa. Hace un frío de los cojones afuera.—Kelsey me entregó una tabla en donde tenía el expediente de mi último paciente y se quedó callada algo pensativa hasta que se atrevió a preguntar.

—Shawn, estoy libre éste domingo y sé que tú igual así que me pregunto si te gustaría salir conmigo.

—Kelsey, eres una chica muy linda pero por ahora solo quiero dedicarme a mi trabajo. No estudié seis años para no ejercer todo lo que sé.

—De acuerdo.—Sentí algo de pena por ella por un segundo, Kelsey era muy callada y el que se armara de valor para invitarme a salir era algo difícil de creer.

Dejé de lado el tema de Kelsey al escuchar como una de las ambulancias se acercaba, tomé una bata esterilizada y me la coloqué antes de salir y ser asaltado por el fuerte viento que corría. Cuando la ambulancia paró y los paramedicos bajaron la camilla con el paciente me acerqué a auxiliar.

—¿Que tenemos?

—Mujer de veintitrés años,  cayó dos pisos desde la azotea y aterrizó en una lona. La lona amortiguo el ochenta por cierto de la fuerza con la que caía pero terminó cediendo y se desplomó sobre un balcón. Presenta fractura craneal, tres costillas rotas y fisura pulmonar. Hace tres minutos presentó una crisis de convulsión.

—Llevenla a la sala de traumas.

¿Porque no pude ignorar el sonido de las sirenas y marcharme? El estado de la chica era grave, necesitaría ayuda y aun así sabía que me esperaban cinco horas extras sino era que el caso se complicara.

—¿Cuál es su nombre?.—Preguntó mi superior posandose a mi lado poniéndome algo nervioso.

—Es un caso Jane Doe. Según sus vecinos,ella era nueva y nunca se presentó con nadie.

—Llama al titular de Trauma y al de Neurología. Veremos que tan bueno eres, Mendes. ¿Cómo se encuentran sus signos vitales?

—Su temperatura descendió a treinta y cinco en solo cinco minutos, su respiración es de veinte a veinticinco por minuto, su pulso cardíaco está sobre los ciento treinta.

—De acuerdo, yo me haré cargo. Puedes irte.

—Si no es mucho atrevimiento, me sería muy grato asistirle.—¿Que diablos hacía?

—Bien. Revisa sus pupilas.

Con mucho cuidado levanté su párpado móvil y miré sus ojos dándome cuenta de dos cosas. Tenía ojos preciosos además estaba despierta.

—¿Puedes escucharme? ¿Sabes en dónde te encuentras?.—Solo podía notar el miedo en sus ojos pero seguía inmóvil. Entonces sus ojos se giraron hacia arriba y su cuerpo se sacudió con violencia.

—Cinco miligramos de Clonazepam.—Tomé la jeringa de las manos de la enfermera e inyecte el líquido transparente dentro de la intravenosa.—Sostenla.

Abracé su cuerpo y sostuve sus brazos hasta que se detuvo, no me importó nada. No importaba manchar mi ropa de sangre, no me importaba ser golpeado varias veces por sus movimientos involuntarios. Mi único objetivo era hacer que ella no se lastimara.

—Ya puedes soltarla. Tenemos que subirla a cirugía, ¿Los titulares están disponibles?

—Sí doctor.

—De acuerdo. Es hora.

Sienna Douglas, su nombre era Sienna Douglas y no tenía conocidos. Ella era su única compañía. Estaba sola.

Asistí en su cirugía y me quedé un tiempo fuera de cuidados intensivos esperando por resultados positivos en su recuperación.

—¿Tu turno no terminó hace siete horas?

—Sí pero me quedé para auxiliar con esta paciente. No tiene a nadie, esperaré y cuando despierte le preguntaré.

—Debes ir a descansar, llevas despierto cuarenta y tres horas. Te llamaré si hay noticias nuevas.

Me dirigí a los casilleros de los internos y cambie mi filipina ensangrentada por mi ropa de civil. Tomé mi chaqueta y antes de cruzar la puerta de salida me regresé y subí las escaleras directo a cuidados intensivos.

Había algo en ella que no me dejaba tranquilo.

Inestable{Shawn Mendes Fan Fiction}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora