022.

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—Vamos a trasladarte a una prisión en Illinois.—Comentó un oficial robusto golpeando mi celda con una tonfa policial.—Comienza a mover tu culo de esa cama.

—¿No les ha bastado traerme a una asquerosa prisión a cuatro horas de mi ciudad?.

—Aquí se hace lo que yo diga. ¿Entendido?.—Comenzó a amenazarme pero no me sentía intimidado. 

—No pienso poner un pie fuera de éste lugar a menos que sea para salir en libertad.

—Mira niñito...

—Déjalo. Abre su celda y llévalo a la sala de visitas, han venido a verlo.—Habló un hombre que parecía ser el superior del idiota que comenzaba a acabarme la paciencia.

El regordete entró a la celda y esposó mis manos por enfrente de mi cuerpo, me sacó a empujones de la celda y me hizo caminar frente a él hasta la puerta metálica con código numérico.

Una vez abierta me hizo caminar un par de metros hasta una puerta de cristal donde se notaban varias cabinas, solamente se encontraban tres reos en la sala y entonces, cuando estiré un poco mi cuello, pude ver a Sienna mirando hacia abajo a través de un cristal. Espere impacientemente a que el oficial retirara las esposas de mis muñecas y me contuve lo suficiente como para no correr hacia el lugar correspondiente frente a mi chica. Levanté el auricular de teléfono y lo primero que pude escuchar fue un sollozo de su parte. 

—¿Cómo estás preciosa?

—Preocupada por ti.—Le sonreí ligeramente y examiné su rostro, supe que he estado en este lugar mucho tiempo porque el rostro de Sienna solamente estaba un poco amoratado, el gran moretón que le impedía cerrar el ojo había desaparecido al igual que los golpes de su mandíbula.—Sigo sin creerme que estás aquí por mi culpa.

—Eso no es cierto.—Ella mordió su labio y bajó la mirada.—¿Has hablado con mi abogado?

—Tu juicio será en tres días. Hemos dejado un traje para ti y dentro de el te dejé algo.—Me dijo sonriendo tímidamente. Secó una de sus lágrimas y aclaró su garganta.—Sé honesto, y habla con ésto.—Dijo señalando su corazón y después señaló su cabeza.—No con el enfado que tienes aquí. Te quiero a mi lado, me es difícil seguir sin ti.

—En unos días estaré contigo, te lo prometo.—Aunque sonara ridículo, puse mi mano en el vidrio y Sienna imitó mi acto haciendo que nuestras manos estuviesen juntas a través del cristal.—Te amo.—Ella me sonrió enternecida y repitió exactamente lo mismo. 

—Dos minutos.—Habló el oficial tras de mí haciendo que la sonrisa de mi chica se desapareciera.

—¿Que hay de nuevo?

—Mis hermanos han regresado a casa de papá, al parecer se disculpó por el asunto de mamá.—Asentí algo pensativo, ¿Ella tuvo que verse con ese sujeto?.—El bebé ha crecido muchísimo.—Sienna suspiró y se pusó de pie para después ladearse dejándome ver un precioso vientre hinchado de lo que parecían ser seis meses de gestación.—Te confieso que si tu hermana no estuviese viviendo conmigo me habría vuelto loca con tantos cambios. No puedo esperar por que escuche tu voz, se volverá loco.

—Se te acabó el tiempo, tienes que regresar a tu celda.—Me mordí el labio para evitar que una palabrota se me saliera, suspiré y no tuve otra opción mas que despedirme de mi chica. Solo tres días mas.


 Sienna's Point of View

Pasé casi diez horas sentada en un automóvil solo para tener diez minutos frente a Shawn, no dije nada solo aproveche el tiempo que tenía al máximo. Mi estadía en el hospital se alargó dos semanas debido a la pequeña recaída que tuve cuando me enteré que trasladaron a Shawn de una pequeña celda en la estación de policía a una prisión real que quedaba realmente lejos de San Francisco.

Inestable{Shawn Mendes Fan Fiction}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora