Escribir para no morir.

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 Escribo para no morir.

 Escribo porque sino me ahogaría lentamente

 en la desgracia de este mundo.

Porque de no ser así,

caería en el abismo.

En aquel que yo misma estoy creando.

Sucumbiría ante la perdición.

Sería otra adolescente encerrada en una bruma de problemas.

Y no quiero decir, cariño, que no esté muriendo,

por dentro sí lo hago.

Pero el simple hecho de expresar en una página en blanco

todo aquello que me atormenta,

hace que la muerte sea menos dolorosa.

Hace que pueda deleitarme, 

aunque sea un momento,

de la poca belleza que queda 

en este absurdo y monótono mundo.

Y no quiero decir, cariño, que no me detenga a pensar

en que sí queda amor y cosas buenas

en esto que llamamos  vida.

Sino que al escribir, apreciamos la belleza

 más detenidamente que otras veces.

Pero te aseguro, amor,

que la hermosura que irradian tus ojos quita sueños es imprescindible,

de cualquier manera que se los observe.

Porque yo creo, que ni los desgraciados horrores de la vida

podrían opacar tal preciosidad.

Por eso escribo, cariño.

Para demostrar, por medio de palabras,

el amor que le tengo a cosas pequeñas.

Y,  sobre todo, para evidenciar cuán perdida estoy contigo.

Versos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora