Indeciso destino.

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No sé por qué razón,

o qué casualidad del indeciso destino,

pero llegaste a mi vida.

De una manera tan discreta, 

y nada prevista te adueñaste de aquello

que yo creía perdido.

Y ahora no puedo detenerme.

Es tan condenadamente imposible

ignorar aquella magia que causas en mi interior.

Rechazar aquellas sonrisas estúpidas

que luchan por salir al escuchar tu voz.

Esa melodía que me enloquece.

Evitar mirar tu sonrisa,

aquella que arremolina todo dentro de mí.

No prestarle atención

a ese brillo en tus ojos

que se enciende cuando admiras

algo bello, algo tan bello

como tu simple existencia.

Es imposible para alguien como yo,

amante de los pequeños detalles,

no observar cada uno de los tuyos.

Pero descuida, amor, te aseguro que nunca

jamás te enterarás de esto que ocasionas en mí.

Versos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora