el problema

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Tal vez el problema fue que te quise de más,

o tú me amaste de menos.

Tal vez no era nuestro momento, ni nuestro lugar,

ni mucho menos nuestra edad.

Capaz el conflicto empezó cuando quise que des de ti, lo que yo daba de mí.

Capaz no debí tirarme al vacío por tu amor.

Capaz no debías hacerme creer que irías por mí.

No debí confiarte mi vida.

No debí confiarte mi amor.

Puede que el inconveniente haya empezado cuando comencé a necesitarte.

Cuando se me erizaba la piel con un susurro de amor.

Cuando deseé más que nada en el mundo tenerte.

Cuando soñé contigo aquella noche.

Tal vez el problema comenzó esa madrugada,

en la que te abrí mi alma encarcelada.

Puede que todo haya empezado cuando gritaste te amo,

y no ha terminado aunque susurremos un te extraño.

En fin,

siento que el problema comenzó antes de que nos diesemos cuenta.

Allí en esas tardes que pasábamos hablando,

ahí cuando comencé a prestarte más atención.

Ese momento donde le empecé a hablar a la gente de ti.

Creo que comenzo ahí,

nuestra ruina,

nuestro suicidio.

Pero las cosas se complicaron en ese momento en que asumí que me encantabas,

y todo se fue al carajo al admitir que te amaba.

Después de ahí,

sólo siguió destrucción.

Cuando quise irme y no pude.

Cuando me rompí al romperte.

Tal vez, mi amor,

el problema comenzó en aquellas tardes,

pero cariño,

nosotros seguimos alimentándolo.

Dándole el poder de matarnos.

El problema comenzó ahí, cariño.

Cuando preferí tenerte a perderte.

Destruirme a destruirte.

Comenzó en ese instante,

en el que te convertiste en mi prioridad.

En el que fuiste mi necesidad.

Fue ahí,

cuando a pesar de todo no te pude dejar.

Versos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora