Tan pronto como Penny pasó las puertas del club el volumen de la música la sacudió. Vaya si estaban disfrutando ahí dentro. Había tanta gente que era casi imposible caminar. Detrás de ella iba Jason, a quien llevaba casi a rastras mientras intentaba no pensar en sus manos entrelazadas y se repetía que sólo lo hacía para que la multitud no la arropara y no desaparecer entre el gentío.
Encontrar a Allyson no sería muy difícil, ya que su amiga tenía una insana necesidad de ser el centro de atención estaba sentada en una especie de rincón VIP desde el cual salían unas luces bastante psicodélicas y que eran capaces de cegar a cualquiera a dos kilómetros de distancia. Solo con cruzar la entrada Penny pudo verla, apenas eran las ocho de la noche y ya parecía estar muy borracha.
—Vamos —le gritó a Jason, haciendo exagerados gestos con los labios para que él pudiera entenderla mejor.
No eran más de diez metros los que la separaban de su amiga, pero aun así tardó un par de minutos en llegar hasta ella.
Durante aquellos dos días Allyson había cumplido su palabra de no hablarle, la había ignorado de una forma casi humillante y se había negado a contestar sus llamadas, pero ella ya estaba acostumbrada a aquellas pataletas así que solo le causaba risa y como venganza prefirió guardarse su cambio de planes y no contarle ni a Allyson ni a ninguno de sus amigos que estaría en la fiesta.
—Allyson —gritó acercándose a su amiga, que parecía no notar para nada la presencia de nadie más que no fuera sí misma— Allyson —volvió a llamarla, esta vez tocando su hombro.
Su amiga se giró hacia ella y al verla, la sonrisa en su rostro se hizo aún más amplia.
—¡Penny, ay por Dios, si viniste! —chilló, emocionada, rodeándole el cuello con los brazos— ¡Eres la mejor amiga de todas! ¿Quién diablos se atreve a dudarlo? Siempre supe que vendrías.
Allyson dió algunos saltitos y luego la abrazó tan fuerte que Penny temió que pudiera dejarla sin cabeza. Ella no era muy dada a las muestras de afecto, sin embargo, su amiga sí, así que ya estaba acostumbrada a los apretujones, los chillidos y los besos salvajes en la mejilla.
Y claro que todo eso empeoraba cuando su amiga se tomaba un par de tragos de más.
—Eres la mejor, mejor amiga del mundo. ¡Te adoro!
Si, definitivamente estaba borracha, pensó.
—Sí, yo también. Ally, deja presentarte a Jason —dijo soltando la mano de este para intentar quitar los brazos de Allyson de su cuello.
Cuando al fin lo logró, su amiga la ignoró por completo para enfocarse en un punto de ella que obviamente era Jason.
—¡Hola! —gritó—. Hasta que al fin nos conocemos —Tomó a un sorprendido Jason y le dió un abrazo igual de intenso.
Penny iba a rescatarlo, pero, gracias a Dios, su amiga lo soltó antes.
—¡Dios, Penny, sí que es sexy! —dijo y se giró hacia Jason— Aunque déjame decirte que por más emoticones de lunitas pervertidas que Penny ponga junto a tu nombre no logran hacerte justicia... Te has superado esta vez, amiga...
—Allyson, supongo que hay mucha más gente a quien quieres saludar —La interrumpió, evitando que continuara avergonzándola—, iremos por unos tragos ¿Por qué no nos esperas aquí?
—Nooooou —contestó su amiga—Ve tú por esas bebidas, Penny Presumida, Jason puede esperar aquí mientras me dice cuán serias son sus intenciones contigo. Debo asegurarme de que no te suceda lo de la última vez.
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ChickLitLas locuras nunca han sido lo de Penny, al contrario, si alguien le pidiera describirse en tres palabras estas serían: Calmada, Juiciosa y Metódica. Siempre y cuando Jason Davis no aparezca en la escena. Desde que lo vio la primera vez todo ha sido...