MI HISTORIA DE INSOMNIO

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Primero déjame contarte un poco sobre mí. Soy psicólogo general especializado en el área clínica y deportiva, soy competidor de alto rendimiento en la modalidad de grappling y maestro de artes marciales. También soy una persona ansiosa, es uno de los principales rasgos (características innatas) de mi personalidad. No soy una persona enojona o depresiva, mi mayor "problema" es que me estreso por la cosas. La predisposición a ser ansioso es uno de los factores de riesgo que me ha llevado a desarrollar insomnio. Soy un mal dormido y si no cuido mis hábitos de sueño en unas cuantas semanas, mi horario circadiano se "voltea" y termino despierto de noche y somnoliento de día.

Después de salir de la universidad, mi primer trabajo fue en la Comisión del Deporte del Estado de Sonora. Estaba agradecido con esta oportunidad (todavía lo estoy), pero tengo que admitir que no era un buen lugar de trabajo. La institución tenía innumerables fallas, desde el área administrativa hasta los entrenadores (la mayoría cubanos).

Éramos un equipo de seis psicólogos, de los cuales sólo trabajábamos cuatro. Esto es muy común en las instituciones de gobierno en México: las personas no trabajan y aun así retienen su empleo. La falta de personal y de preparación en el área psicológica era evidente. Siendo un novato, totalmente verde, me asignaron cinco equipos deportivos diferentes: dos de judo, uno de box, uno de karate do y uno de taekwondo. Tenía más de doscientos usuarios ¡Doscientos! Heme aquí un recién egresado de la universidad, que sólo tenía experiencia como atleta y entrenador, pero ninguna en hacer intervenciones psicológicas con deportistas.

Como una persona ansiosa, todo esto me empezó a crear niveles altísimos de estrés. Agrega la presión de la administración y el hecho de que todos los entrenadores querían la misma atención: la ansiedad se volvió un estado recurrente. Me volví la ansiedad.

No es que eran malas personas, simplemente no estaba preparado para todo esto y mi jefe de psicología (un buen psicólogo, trabajador y admirable) esperaba mucho de mí. Yo esperaba mucho de mí. Siempre he sido el "bueno" de la familia, trabajador con un buen futuro y buscaba ser excelente en esto también y con tanta presión lo único que logré fue volverme un procrastrinador de primera.

Mi horario de trabajo era por las tardes, ya que los equipos entrenaban a esa hora. Me desvelaba por las noches trabajando y me despertaba después de 10:00 u 11:00 am. Por consecuencia, creé malos patrones de sueño y empecé a desarrollar el trastorno conocido como insomnio.

Un domingo cualquiera, después de una dura semana de trabajo, desperté EXHAUSTO. No sólo estaba cansado, me dolía todo el cuerpo y después de dormir más de ocho horas sentía como si me hubieran atropellado. Apenas podía salir de la cama y caminar.

Lo primero que hice fue ir con el médico. Tenía dudas, sabía lo que pasaría: saldría bien en los estudios y me recetarían unos suplementos naturales para relajarme y tal vez pastillas para dormir. Sabía que ese no era el problema. El estrés del trabajo y los malos hábitos de sueño me estaban afectando y ni una cantidad de pastillas me iba a ayudar. Decidí actuar y tomar control sobre el problema.

Me di cuenta de muchas cosas: hacía muchas actividades en la cama: leía, veía televisión, escuchaba música, trabajaba, etc. (mala higiene del sueño). Permanecía mucho tiempo despierto en la cama, tardaba en quedarme dormido y me quedaba acostado cuando mi sueño se interrumpía.

Comencé a investigar sobre el insomnio. Leí un par de artículos y logré entender el problema con facilidad (tal vez no sea tan fácil para todos, pero yo tengo la ventaja de ser psicólogo). Me di cuenta de que tenía muchos hábitos que afectaban mi sueño. Hacía demasiado cosas en la cama: ver televisión, leer, escuchar música, trabajar, etc. (mala higiene del sueño) y usaba la cama para estar despierto, siempre era un esfuerzo quedarme dormido y podía estar acostado hasta una hora antes de hacerlo.

Cree un plan y empecé a auto-tratarme. Me sorprendió la simplicidad de la terapia, pero no fue fácil: sufrí de mucha somnolencia las primeras dos semanas, especialmente cuando no tenía muchos pendientes, me aburría y me daba sueño, mis ojos empezaban a cerrarse. Pero desde la primera semana noté resultados: me quedaba dormido más rápido, mi sueño era más reparador y sin interrupciones.

A la tercera semana del tratamiento estaba como nuevo: dormía bien y me levantaba fácil de la cama, sin sueño y lleno de energía. Mi productividad incrementó y empecé a disfrutar más de las mañanas. Me sobraba tiempo, estaba más enfocado y positivo durante el día y terminaba motivado para empezar de nuevo.

En este libro te enseñaré cómo lo hice y qué tan simple puede ser curar tu insomnio sin la necesidad de fármacos. Con eso dicho, simple no significa fácil. Curar el insomnio es un reto y requiere constancia y llevar a cabo el tratamiento de forma estricta. Pero notarás que, aunque sea difícil, dormirás mejor desde la primera semana, sintiéndote más seguro y libre de ansiedad antes de dormir y despertándote con más energía y motivado para llevar a cabo tu día.

Manda Al Insomnio A Dormir: 8 simples pasos para curar el insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora