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Escucho el sonido del arma, y a pesar de que es pequeña él impulso me tira hacia atrás. Chocando aún más contra el pecho de Erick. El grito de dolor de Andrew es espantoso. Siento a Erick tensarse y cuando se que va a colocar sus brazos nuevamente a mi alrededor para apresarme fuertemente me alejo otro poco y vuelvo a apuntar, está vez a la otra pierna de Andrew. Le he disparado en una pierna y ahora en la otra, otro grito de dolor. Miro sobre mi hombro a Erick y sonrío sinicamente.

- es muy fácil matarlo, tiene que sufrir por lo que ha hecho - trato de mantener mis nervios y mi shock por lo que acabo de hacer bajo control, necesito que me crea. Es ahora o nunca. - asi si no recibe rápida atención se desengrará, sufrirá y mientras lo hace tendrá tiempo para reflexionar en lo que quería hacerme a mi y se lamentara por ser como los que hicieron daño a Jazmín.

Una sonrisa satisfecha y siniestra se estira por los labios de Erick. Se acerca a rodearme con sus brazos y yo lo dejo creer que voy a dejarme. Cuando se acerca y me rodea, meto la pistola entre mi abrigo y mi jersey, mis manos tiemblan ligeramente por lo que he hecho y por lo que voy a hacer, solo espero que resulte, es entonces cuando los brazos de Erick me rodean y yo lo dejo que mi verdadero plan empieza.

- siento haber dudado de ti - me dice al oído y sus brazos se relajan a mi alrededor al ver que no pongo resistencia - pero me lo pusiste difícil. Vas a ver cómo vamos a salir de esta. Vamos a irnos lejos, tú y yo donde nadie nos pueda lastimar. - baja la guardia completamente cuando me besa el cuello y yo aprovecho para mover mi pierna entre las suyas, como si fuera acariciar su entrepierna, pero la impulso hacia arriba para luego hacerle una llave que lo tumba en el suelo. Le he dado en los testiculos y le he torcido los brazos para deshacerme de su amarre.

Rápidamente saco el arma y le disparo en una pierna, me alejo y apunto a su otra pierna pero se mueve y sé que es tiempo de correr, porque sea como sea, Erick es resistente y puede levantarse, le llevará un tiempo pero lo hará, él no está atado como Andrew, vuelvo a disparar sobre mi hombro pero lo hago sin ver y creo que no le he dado a nadie. Lo escucho cargar otra arma cuando estoy llegando a la puerta. La abro entre temblores por lo que me demoro más de lo que quisiera y salgo corriendo. Es de noche, pero parece que está a punto de amanecer, puede ser de madrugada. No sé dónde estoy pero no puedo estar fuera de Aspen, no han tenido tiempo para sacarme, no en ocho horas que fue lo que tardé en despertar y a juzgar por el entorno, sé que estoy en Aspen. Corro con todo lo que puedo, estoy en medias. No llevo botas y sé que pronto empezare a congelarme. Corro lo más rápido que puedo, Erick tenía una camioneta afuera de la cabaña por lo que me interno entre los árboles para hacerle más difícil mi búsqueda, si me va a buscar tendrá que hacerlo a pie. No sé cuánto tiempo llevo corriendo pero el aire es tan denso que me empieza a hacer falta respirar, mis pies empiezan a dolerme del frío que hace y de ir solo protegidos por medias de lana. No sé a dónde me dirijo. Me siento agotada pero el amanecer empieza a iluminar un poco el cielo y es cuando observo el lago, está congelado, pero es el lago donde vengo con mis amigos. Estoy a unos kilómetros del centro de Aspen y unos más de mi casa. Necesito ayuda pero a esta hora todo debe estar cerrado. Mis sentidos están alertas a cualquier ruido, no quiero que Erick me coja desprevenida.

Estoy escondida entre unos árboles, no quiero salir al lago porque ahí seré visible para Erick si me ha seguido. Así que en contra de todo buen juicio, empiezo a trepar un árbol, está congelado, no tengo guantes pero utilizo el abrigo que me dio Erick y que me queda grande, para esconder mis manos en ellas. Con dificultad, tardando mucho más tiempo del que quisiera, logro subir al árbol. Mis pies están congelados. Sé que pronto estaré en fase de hipotermia. Estoy exhausta y necesito ayuda. Pienso en mi familia y en Joel, mis ojos tienen una lucha con mi cerebro, se abren y se cierran por voluntad propia y cualquier ruido me sobresalta.

- Eliana!!! Eli!!!- un grito a la distancia me obliga a abrir los ojos rápidamente - Eli, nena! - la voz es desgarradoramente triste y un poco derrotada. Es la voz de Joel. Me enderezo en la rama con cuidado de no moverme mucho. Miro a mi alrededor, estoy congelada. Pero me obligo a mover mi entumecido cuerpo. Examino a mi alrededor para ver que Erick no esté cerca. Y no lo está. Bajo con cuidado y más torpemente del árbol debido al frío que hace que mis huesos duelan.

No puedo gritar, mi voz no sale más que un susurro. Me dirijo hacia el sonido de la voz de Joel pero cada paso que doy es doloroso. Esta cerca, tengo ganas de llorar, Joel está cerca, los gritos siguen, y si yo los escucho es probable que Erick también, si me ha seguido y no quiero que lastime a Joel, a él no. Llego a un extremo del lago y ahí lo veo, Joel está ahí junto a sus hermanos, los tres están caminando mientras Joel me llama. Hay alguien más con ellos pero no lo puedo distinguir. Siento felicidad y trato de apurar el paso. Vuelvo a mirar a mi alrededor y es cuando un movimiento a mi izquierda llama mi atención, es Erick, está agazapado entre una montaña pequeña de nieve y está concentrado en alguien, su arma lista para dispararse, es a Joel a quien apunta. Lo va a matar. Quiero gritar, quiero correr, y antes de pensarlo mucho, mis pies se dirigen hacia Joel, todo lo veo en cámara lenta, el momento en que todos escuchan mis pasos, en el que Joel me mira y su cara refleja todo el dolor y alivio que le da verme pero yo sigo corriendo hacia el como un huracán, logró gritar a todo pulmón a pesar del dolor de mi cuerpo.

- cuidado!! Agáchense!!

Me estrello contra Joel al tiempo que el sonido de un disparo suena. Caemos en la nieve y luego otro disparo suena y otro y otro. Yo miro a Joel que me mira extrañado.

- estás bien?- pregunto con lo que creo que es lo voz pero no suena como yo.

Suenan más disparos y él inmediatamente se pone sobre mi, haciéndome rodar sobre mi espalda. Trato de retorcerme, trato de protegerlo, pero él no me deja.

- Eli- dice en un susurro. Me abraza fuerte como si temiera que fuera a irme - estás congelada!

Jonathan y Felipe entran en mi campo de visión. Ambos nos miran entre la sorpresa, el alivio y el dolor.

- ya lo tengo - grita una voz de hombre y Felipe asiente.

Jonathan está llamando al 911 y el otro hombre habla por la radio, es un oficial. También pide apoyo.

- estás a punto de entrar en hipotemia - dice Joel levantándose y colocándome en sus regazos. Hace una mueca de dolor cuando me apoya en una de sus piernas y mi cabeza temblorosa se mueve hacia abajo y es cuando lo veo, su pierna sangra, a nivel de su muslo.
- mierda!!!-dice Jonathan cuando sigue el curso de mi mirada - estás sangrando Joel, ese gilipollas te disparó!
- estoy bien - dice él y me abraza más fuerte. Estoy bien... solo necesitamos ayuda para Eli..

Trato de negar con la cabeza pero el frío y el dolor no me lo permiten.
- no-no - tartamudeo mientras mis dientes castañean - tú-tú tam-bi-en.
- yo estoy bien. Me has sacado de su radar y solo me ha alcanzado la pierna. Niña loca - me besa en la mejilla y siento que quiero llorar de alivio al sentirme entre sus brazos pero no puedo, es mucho él entumecimiento que ni las lágrimas salen. Joel me abraza más fuerte. Mira el hematoma que tengo en la frente, posiblemente sea una herida abierta - te hizo daño?- pregunta furioso - te tocó? Dime Eli
- no..no - repito y luego me acuerdo de Andrew. Está herido y atado en la cabaña. - An-Drew, él-él le-le a-yu-dó. - Felipe y Jonathan miran alertados
- había otro cómplice?- pregunta Felipe sobresaltandose viendo alrededor entre tanto Joel me abraza más como protegiéndome de que Andrew aparezca.
- si...es-es-ta en- la-la ca-ca-baña he-he-ri-do-do y a-ta-ta-do.

El oficial que escucha mi relato se comunica con radio para decir que busquen en una cabaña donde hay un segundo sospechoso. Miro y veo que tiene a Erick atado con esposas en la nieve, está herido pero no me importa, me quizo hacer daño. Me acurruco más en Joel. Escuchamos las sirenas.

- Gracias a Dios!- exclama Jonathan al tiempo que Felipe se levanta y hace señas para que nos vean.

Escucho las voces de mi familia y de otras personas justo antes de caer en la inconsciencia escuchando a un atemorizado Joel decir una y otra vez mi nombre. El dolor es mucho y tengo mucho, mucho frío.

La chica nueva y el chico de ojos doradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora