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Una sensación extraña y alarmante me despierta. Me renuevo un poco y me doy cuenta que estoy apresada por unos brazos, quiero sentir pánico pero la sensación de esos brazos es abrumadora, es cálida y me siento protegida en ellos, abro los ojos sonriendo y miro el rostro relajado de Joel a mi lado. Son sus brazos los que me abrigan y me siento tan bien... pero la sensación extraña y alarmante que me despertó vuelve a mi, fuera de los brazos de Joel, dirijo mi mirada hacia la puerta del dormitorio del hospital y es cuando lo veo, Erick.

Como es que está aquí? Quiero gritar y llorar. Tiene muy mal aspecto, los ojos desorbitados, ojeras, una escayola en su brazo derecho y otra en su pierna izquierda pero aún así se mantiene de pie.

- que...qué haces aquí?- digo nerviosa mirando de reojo a Joel pero sigue dormido

Erick no dice nada, me mira con demasiada ira por demasiados segundos y luego sonríe cínicamente.
- siempre te perseguiré a dónde vayas - dice en tono tranquilo - no podrás escapar de mi - y si no eres mía no serás de nadie....
- que quieres decir con eso?- trato de cubrir con mi cuerpo a Joel - como es que ha llegado hasta aquí? No tenía oficiales en su puerta? Eso me dijo Mat. -Quien tenía razón?
- yo - dice otra voz y me obligo a mirar hacia la oscuridad de la habitación, y ahí está, sentado en una silla de ruedas, con las dos piernas vendadas y con una sonrisa de ira y frustración inmensa, Andrew - te dije que me iba a vengar. Y Erick ya abrió lo ojos, sabe que nunca dejaras a Joel, por eso debe acabar con ambos.

Niego con la cabeza y susurro.
- no, no. Esto no puede acabar así.
- pues así va a acabar - dice Erick- los dos van a morir.- saca un arma y apunta hacia Joel. Me remuevo y lo tapo, dandole la espalda. Si me va a matar que sea por la espalda como ha actuado, no le voy a dar el gusto de verme la cara. Grito de dolor cuando suena el disparo.

- Eli, Eli!!!! Nena, despierta!- dice una voz al tiempo que siento que me sacuden.

Abro los ojos rápidamente, estoy respirando agitada y sudando. Trato de incorporarme pero Joel me lo impide sosteniendo mis hombros con sus manos firmemente en la cama.
-no, ellos, no... te van a matar- miro hacia alrededor de la habitación pero no parece haber nadie más que nosotros. No comprendo.

Joel me dedica una mirada llena de angustia y dolor, tensa también su mandíbula, señal de que se encuentra mal con la situación y molesto; es cuando lo entiendo. Dios qué vergüenza! No quería que Joel me viera tener un episodio de estos, no cuando todavía se culpa.

- era solo una pesadilla - susurro avergonzada - ya lo entiendo...- quito mi cara para no verlo a los ojos, estoy avergonzada.
- no, Eli - los dedos de Joel apresan mi barbilla - no me quites la cara. No lo hagas porque no tienes nada de qué avergonzarte, tu...no...
- y tú tampoco - le digo en el mismo tono que no admite réplica - pronto las pesadillas desaparecerán. Tengo métodos para sobrellevarlas recuerdas? Voy a lograrlo nuevamente... te lo aseguro...

Joel me mira asombrado.
- eres muy fuerte Eliana, demasiado

Trato de sonreír para quitarle hierro al asunto.
- lo se, por eso soy tu novia. Nadie te aguantaría tanto como yo - le guiño un ojo ignorando un poco el pequeño aguijón de dolor que el estiron de mi frente golpeada me da

Joel sonríe y sé que he logrado algo. Bien por mi.

- que hora es? - pregunto

Joel se acomoda sobre su espalda y con su mano, alcanza su celular de la mesa de noche. Se fija en la hora.
- son las 3 a.m
- justo la hora de las rondas - dice la voz de Mariam desde la puerta - solo que no esperaba encontrarlos despiertos.
- Eli tuvo una pesadilla - dice Joel y yo lo fulmino con la mirada aunque a él no parece importarle, no quiero que se preocupen por eso. - me ha costado un poco traerla de vuelta.

La chica nueva y el chico de ojos doradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora