Ya era domingo, llevaba todo el fin de semana encerrada en casa estudiando para la semana de exámenes, no había visto a ninguna de mis amigas en esos días, y tampoco a Ethan después de nuestra discusión, aun que ya aquel momento lo viera lejano seguía estando enfadada con el. No le conocía de nada y ya sabia demasiado de mi. Confié en el, por unos minutos pensé que el chico que tenia a mi lado era de confianza, y de pronto en unos segundos todo se estropeo.
A pesar de todo sentía que tenia que arreglar las cosas con el, no podía dejarlo así, teníamos que hablar.
Estaba tumbada en la cama descansando después de haber estado toda la mañana estudiando, pretendía quedarme dormida para que mi mente también descansara, pero no lo conseguía, solo daba vueltas y vueltas con los ojos abiertos imaginándome como podría contactar con Ethan. No es que estuviera desesperada por hablar con el, pero odiaba estar mal con alguien, tenia que conseguir su numero, y tenia que hacerlo ya. Llame a Ginger ya que ella siempre tenia los números de todo el mundo. Sabía que me exponía a que hiciera muchas preguntas pero estaba dispuesta a arriesgarme.
-Hola Ginger.- dije.
-¡Hola! ¿Qué tal te va con los exámenes?.- dijo ella con su particular voz dulce.
-Bastante bien, pero había algo que estaba rondando por mi cabeza.
-Cuéntame
-A ver es que resulta que yo se que tu te sabes todos los números de la gente, y resulta que yo tengo que hablar con alguien, que a ver tampoco es tan urgente que puedo esperar y si no tienes el numero pues no pasa nada no hablo con el tampoco es nada del otro mundo pero como tu siempre tienes los números pues...- dije divagando sin llegar al punto clave.
-¡Catherine! ¡Al grano por favor! ¿De quien quieres el numero?.
-Ethan Brooks.- dije en un susurro conteniendo la respiración.
-¿En serio? ¿Qué tienes con Ethan?.
-Nada, no es nada solo quiero hablar con el ¿vale?.
-Si claro, te paso el numero por Whatsapp.
-Vale.- dije y colgué.
Cuando volví a mirar la pantalla de mi móvil ya tenia un mensaje de Ginger, me sorprendió su rapidez pero era algo normal en ella.
Desbloquee el móvil, abrí el mensaje, pulse el numero de teléfono y llamé.
-¿Si?.- dijo el con una voz desganada.
-Hola Ethan, soy Catherine.
-¡Catherine!, mira por favor tienes que perdonarme, se que lo que hice no estuvo bien pero estoy muy arrepentido y...
-¡Ethan!.- grite para que dejara de divagar.- ¿podemos quedar para hablar?.- dije arrepintiéndome al instante de mis palabras.
-Si, Si.- dijo el.
-¿En la plaza mayor en veinte minutos?.- dije.
-Si.- dijo y colgó.
Me vestí con los básicos de mi armario, unos vaqueros una camiseta negra y unas deportivas blancas y me puse una chaqueta estilo militar. Peine mi pelo ondulado y negro como el carbón y salí de mi habitación.
-Mama, ¡voy a quedar un rato con Eve!.- grite desde la puerta de entrada.
-¡no tardes!.- dijo desde su habitación.
Salí de casa con mis auriculares, por supuesto, y llegue donde habíamos quedado en unos diez minutos. Allí no había nadie. La impuntualidad no es una buena forma de dar razones para que le perdone.

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CATHERINE
Ficțiune adolescențiCatherine es especial, aun que ella se considera igual a todos los demás, un alma más en este mundo del que solo puede escabullirse a través de la música.