Día 4.- Parte dos

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-Creo que me voy a encerrar en casa y no voy a volver a salir hasta que la gente se olvide de mi.

-No exageres, no ha sido para tanto.- dijo Ethan mientras andábamos por la calle. 

-Cuando hemos terminado toda la puñetera plaza se ha puesto a aplaudir y a silbar, ¿no es para tanto?, ¿En serio?.

-¡A sido lo mejor que he vivido en años!.- dijo gritando.

-Ethan...dijiste que si hacía esto empezarías a entenderme. Así que para empezar hagamos como que esto no ha pasado ¿vale?.- dije parando y mirándole fijamente a los ojos.

-Esta bien, pero aun que no lo mencione quiero que tengas presente que lo voy a recordar de por vida.- dijo el riéndose.

Seguimos andando y llegamos al final de la calle, donde nos separábamos para ir cada uno a nuestras casas

-Creo que aquí se acaba nuestra aventura Ethan.- dije.

-Si...pero repetiremos ¿verdad?.- dijo el.

-Me lo pensare...mientras borro esa canción de mi Spotify para siempre.- dije sonrojándome y el no paraba de reírse.

-Tengo que irme.- dije

-Adiós Catherine.- dijo abrazándome de repente.

-Adiós.- dije abrazándole confusa.

Me di la vuelta, me coloque mis auriculares y ande sin tener muy claro que acababa de pasar.

Después de andar un buen rato llegue a casa, creía que tenia la excusa perfecta de haber tardado tanto, pero sabia perfectamente que en cuanto empezara a hablar mama descubriría el motivo real, cuando, donde y como sucedió. Era lo malo de vivir con alguien peor que el FBI en casa.

-Hola mama.- dije con una sonrisa lo mas falsa posible.

-Hola cariño, ¿qué tal te ha ido?.- dijo.

-Muy bien.- dije y ande cada vez mas rápido hacia mi habitación.

-¡ven aquí!.- dijo deteniéndome a unos pocos centímetros del primer escalón hacia la segunda planta.

-¿Qué pasa?.- dije.

-¿Me puedes explicar esto, por favor?.- dijo mama mientras me enseñaba un video en su móvil.

Alguien había subido un video de Ethan y yo bailando, y yo ya estaba pidiendo la pistola para pegarme un tiro.

-¿De donde has sacado eso?.- dije mientras mis rodillas temblaban.

-Alguien lo ha subido a internet, y ya tiene mas de mil visitas. Ahora se acabaron tus preguntas, empiezan las mías.

-Pero...- dije, estaba aterrorizada, no sabia que decir. Ya tenia bastante con que me viera media ciudad bailando, y ahora resulta que lo iba a ver medio mundo, entre ellos mi madre.

-¿Quién es ese chico?.- dijo ella poniéndose de pie.

-Ethan Brooks. Viene a mi instituto.- dije.

-¿Desde cuando le conoces?.

- Poco.

-Y se puede saber, que haces haciendo el ridículo, como si estuvieras....LOCA, delante de toda la ciudad. Eres la vergüenza de esta familia, mas te valía ser igual que tu hermana.

-¡Estoy harta de que me compares con Helen!. No, para nada soy igual que Helen, no me parezco en nada a ella. Pero me alegro de ello, paso de ser una amargada cuyo único objetivo es encontrar el novio perfecto, tener cincuenta masters, y ser la cirujana mas prodigiosa del mundo, ¡paso de ser una monja encerrada dentro de tus normas!. Se acabó el compararme con mi hermana, me llamo Catherine mama, CA-THE-RINE ¡no pretendas que sustituya a la hija que te abandono por que se canso de ti!.- dije sin parar de llorar.

Ella sin dudarlo levantó su brazo y me dio una bofetada en la cara, yo sin poder articular ni una sola palabra me fui corriendo a mi habitación, me encerré allí y llore hasta que mis ojos se cansaron de expulsar lagrimas, cuando el llanto cesó empezó la rabia, y esa es mi peor faceta.

Cogí una mochila de mi armario y metí la ropa necesaria para no volver en una temporada, rompí mi hucha y saqué todo el dinero que había ahorrado para un momento como este.

Toda mi vida he sentido como todo el mundo me rechazaba, cada día tenia más claro que era la oveja negra de mi familia, sabia que algún día iba a explotar, y cuando llegara el día en el que tuviera el suficiente valor como para salir corriendo y escapar esos ahorros me serian necesarios.

Sé que se suele decir que hay que afrontar los problemas y no salir corriendo pero a veces las personas llegamos al punto de no poder mas, de tener que huir de nuestras vidas para poder llegar a ser felices. Y ¿quién sabe? A lo mejor en el camino encontramos algo, una razón o puede que ese algo sea una persona que nos haga dar la vuelta y nos convenza de que la vida que teníamos antes puede ser mejor de lo que creíamos.

Agarré la mochila y me la colgué en mi hombro derecho, baje las escaleras y sin mirar atrás crucé el umbral de la puerta. Cuando puse un pie en la calle me di cuenta de que ya no había marcha atrás y de que jamás podría reconciliarme con la persona que me gritaba desde dentro para que me detuviera.

"Adiós mama, no me esperes y no intentes echarme de menos. Pero sobre todo, te pido que ni por un segundo se te pase por la cabeza que yo pueda estar pensando en ti. Lo dejo todo, te dejo a ti. Necesito ser libre y tu solo me cortas las alas.

Catherine."

Deje esta nota pegada en la puerta y me marché. 

CATHERINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora