Dia 7.

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Habíamos llegado a Londres hacia unas horas, y estábamos sentados en un banco de la estación de metro sin saber muy bien que hacer.

-Estoy agotada y me duele la espalda.- dije.

-A no ser que me quieras usar de almohada no tengo nada mas para ti.- dijo riéndose.

-¿Qué vamos a hacer con nuestras vidas?.- dije apoyando mi cabeza en su hombro.

-Estamos en Londres, ¿Pretendes que nos quedemos en una estación de metro?.

-Si no hay mas remedio.

-De eso nada.-dijo y se levanto ofreciéndome su mano

-¿a dónde vamos?.- dije cogiendo su mano.

-Ninguno de los dos ha estado nunca en Londres. ¿Tendremos que averiguar por que medio mundo viene aquí de vacaciones no?.- dijo el.

Salimos de aquel sitio para nada claustrofóbico, nótese la ironía. Cuando la luz del sol nos pego en la cara no podía imaginarme lo que aquella ciudad nos depararía.

-¿Hacia donde vamos?.- dije.

-¿Estas de broma? ¡Hacia el Big Ben!.- dijo entusiasmado.

-Vale...-dije riéndome.

Andamos por las calles de Londres fijándonos en cada detalle. Allí la vida era completamente diferente era genial sentir que nadie te conocía, que la gente no se te quedaba mirando cuando decías algo fuera de lo normal simplemente por que no te oían. Había tanta gente para criticar, tanta gente a la que mirar que nosotros pasábamos completamente desapercibidos y eso me encantaba.

Después de andar un rato por una calle recta, empezamos a ver de lejos el edificio que por alguna razón era tan famoso.

A nuestra derecha el rio Támesis y a nuestra izquierda una carretera por la cual no paraban de pasar coches y autobuses rojos.

-¡Tenemos que sacarnos una foto!.- dijo Ethan sacando su móvil.

-Vale.- dije a pesar de odiar la idea.

-Alargo su brazo para que cupiéramos los dos en el marco de la foto y de fondo salía el Big Ben imponente, superior al resto.

-Guapísimos.- dijo y guardo la foto.

-Habla por ti.- dije riéndome al ver la cara que me salía en la foto.

-Sales guapísima.- dijo

-Gracias, pero deja que discrepe.- dije.

-¿No me crees?.- dijo.

-No.- dije convencida.

-Preguntémosle a alguien que vaya a ser objetivo.- dijo el avanzando por la calle.

-¡Ethan no por favor!.- grite y le cogí del brazo.

-Lo siento cariño, es necesario.- dijo fingiendo seriedad.

-No en serio Ethan, si lo haces te tiro al rio, en serio...

-Excuse me (Perdona), Do yo speak English? (¿Hablas Ingles?).

-Yes (si).- dijo un hombre que miraba melancólico hacia el rio.

-¿Do you think this girl is pretty?. (¿Piensas que esta chica es guapa?)- dijo.

Yo mientras tanto estaba escondida detrás de Ethan, que aun que me pasaba mucho en altura no me tapaba completamente.

-Yeah, of course. (Si, claro)- dijo el hombre riéndose y asintiendo con seguridad.

-Thanks!.- dijo Ethan y se despidió del hombre.

-Te voy a matar.- dije golpeándole el brazo.

-Te dije que salías guapa, ese hombre no nos conocía de nada y lo ha dicho.- dijo el.

-Lo que tu digas.- dije riéndome.

De pronto sonó mi móvil y al mirar la pantalla descubrí que la llamada era de mama.

-Cógelo.- dijo Ethan.

-No.- dije.

-Catherine, cógelo. Aprovecha la oportunidad de tener una madre que por lo menos se acuerda de ti.

-Ughh...vale.- dije con rabia.

-¿Catherine?.- dijo ella cuando cogí la llamada

-Mama.- dije.

-¿Dónde estas hija? ¿Estas bien?.- dijo ella llorando.

-Estoy bien mama.

-¿Dónde estas?.- dijo ella.

-¿Si te lo digo prometes no venir?.- dije.

-Catherine me estas asustando ¿dónde estas?.- dijo volviendo a su tono autoritario habitual.

-Londres.- dije bajando la voz.

-¡¿Qué?!. ¿Estas sola en Londres?

-No mama, estoy con Ethan.

-Hija por favor vuelve, no conoces de nada a ese chico, vuelve y hablamos las cosas, por favor.- dijo ella.

-No voy a volver mama, quiero estar aquí, quiero estar con él. Ya no dependo de ti, por una vez voy ha hacer lo que quiera.- dije.

-¿Y cuando piensas seguir con el curso?.

-Cuando vuelva seguiré con mis estudios, y ahora si me disculpas, intento borrar todo detalle de mi vida allí, así que adiós mama.

-¡Espera!.

-¿Qué quieres?.- dije empezándome a hartar de esa conversación.

-Voy a ingresarte mis ahorros en tu cuenta, aun encima de que vas a estar sola, no voy a dejar que te mueras de hambre. Pero vuelve pronto hija.- dijo ella.

-No quiero tu dinero mama.- dije frustrada.

Toda la vida mama había intentado arreglar las cosas que hacia mal ofreciéndome dinero, y cuando era pequeña funcionaba cuando me regalaba un nuevo juguete o un peluche súper mono, pero ya no iba a seguir aceptando sus sobornos. Quería demostrarle que no la necesitaba.

-Aun que digas lo contrario voy a ingresarte el dinero por que se que algún día lo necesitaras. Soy la primera que quiero que te quedes sin dinero y sin recursos y vuelvas a casa pero no voy a permitir que te pase nada, por que se lo orgullosa que eres y hasta que no te recogieran del suelo de una estación de metro pidiendo dinero no volverías.

-No es por que sea orgullosa mama, es por que la idea de volver me espanta mas que la de estar en otro país completamente desconocido y con un chico al que según tu no conozco de nada.- dije y colgué.

-Has sido muy dura. Pero te perdono por que has dicho que quieres estar conmigo.- dijo sonriendo.

-Tampoco te lo creas mucho.- dije riéndome.

CATHERINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora