Dia 7- parte dos-

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-¿Dónde vamos a dormir?.- dije yo mientras paseábamos por Oxford Street.

-Hay que reservar un hotel.- dijo el.

-No creo que nos den habitación para esta misma noche.- dije.

-Probemos.- dijo cogiendo su teléfono.

Empezó a buscar hoteles baratos en Londres y cuando encontró el más barato llamó.

-Hola, quería reservar una habitación para esta noche, por favor.- dijo él.

Hablo durante un rato y no paraba de mirarme sonriendo, sin ningún motivo.

-Vale, muchas gracias.- dijo el.

-¿Qué te ha dicho?.- pregunte impaciente cuando colgó.

-No tienen habitaciones libres.- dijo mirando al suelo.

-Estas mintiendo.- dije riéndome.

-¿Cómo lo sabes?.- dijo riéndose también.

-Has mirado al suelo, cuando mientes miras al suelo.- dije.

-Me conoces desde hace una semana, ¿cómo sabes mi comportamiento corporal?.

-Cuando entraste en clase diciendo que me llamaba el director también miraste hacia el suelo y el día que nos conocimos y negaste que quisieras algo desde tu coche cuando te pregunte también miraste hacia el suelo.- dije.

-Observadora.- dijo.

-Supongo que muy observadora, De pequeña miraba como mi hermana tocaba la guitarra y solo de mirar aprendí a tocar y lo mismo pasaba cuando veía cocinar a mi madre y me aprendía las recetas con las cantidades exactas de los ingredientes. Por eso se me da bien el dibujo técnico, solo tengo que mirar durante un rato los ejes de una perspectiva, como se colocan y las medidas y ya se representar cualquier figura.

-¿Sabes tocar la guitarra?.- dijo sorprendido.

-Si.- dije confusa de que se extrañara tanto.

-¡Yo también!.- dijo con una sonrisa enorme.

Yo no podía creer que tuviéramos algo en común, parecíamos tan diferente, tan opuestos pero al final lo que mas nos unía era la música. De cualquier forma y en cualquier situación siempre era la música.

Nos dirigimos hacia el hotel donde teníamos la reserva, pagamos en el mostrador y subimos hacia nuestra habitación.

Entramos y hasta ese momento no me di cuenta de que tendría que dormir en la misma cama que Ethan, pero dada nuestra situación no podía ponerme exigente y pedir otra habitación o una de dos camas, no nos podíamos permitir gastar dinero a no ser que buscáramos un trabajo. Tener que cambiar de costumbres tan rápido estaba empezando a confundirme pero esto me venia bien, tenia que salir de casa. Cambiar de vida.

-Tenemos que buscar un trabajo.- dijo Ethan sentándose en la cama.

-Estaba pensando lo mismo.- dije quitándome el reloj y dejándolo encima de la mesilla.

-Mañana nos ocuparemos de eso, ahora vamos a dormir. Estoy agotado.

-Yo también.- dije.

-Voy a cambiarme al baño, luego entras tu ¿vale?.- dijo el cogiendo un pantalón de pijama de su mochila.

-Vale.- dije sonriendo.

Mark entro en el baño pero dejo la puerta medio abierta y a través del pequeño hueco se podía ver el reflejo de su cuerpo en el espejo. No pude evitar mirar como se quitaba la camiseta y dejaba ver su cuerpo, con todas las líneas totalmente definidas. cuando me di cuenta de que llevaba mucho rato mirándole aparte la mirada con miedo de que se diera cuenta . No me gustaba admitirlo pero Ethan no estaba nada mal.

-Ya estoy, puedes entrar.- dijo saliendo del baño.

Me incomodó mirarle al darme cuenta de que solo llevaba puesto un pantalón, supuse que estaría acostumbrado a dormir de esa manera pero la situación cada vez era mas violenta así que cogí rápidamente mi pijama de la cama, entre en el baño y me asegure de cerrar la puerta.

Me cambie y salí del enorme baño. Cuando entre en la habitación Mark estaba tumbado boca arriba en la cama.

Me tumbe mirando hacia el lado opuesto en el que estaba él y apague la luz antes de que sin poder evitarlo me quedara embobada en sus abdominales.

-Buenas noches Ethan.- dije susurrando.

-Buenas noches preciosa.- dijo él.

Cerré los ojos y deseé con todas mis fuerzas que al día siguiente las cosas no fueran tan incomodas y que mis hormonas adolescentes se relajaran y me dejaran respirar un poco    

CATHERINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora