Capitulo 2- ¿Y ahora qué?

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6.23. Suena el despertador.

Como todos los días, ni bien suena el despertador, me levanto, agarro la ropa que ya preparé el día anterior, y entro a bañarme.

Cuando salgo del baño, ya peinada y cambiada, generalmente entre las 6.45 y 6.50, despierto a mi hermana y a mi mamá, voy al piso de abajo, saco al perro, nos preparo la leche a las 3, tomo la mía y ya estoy lista para subir, lavarme los dientes y quejarme porque mi hermana Luna (3 años menor que yo) es una tortuga y siempre termina haciendo todo a último momento.

7.10 pasa Guille, el papá de Luna, a buscarnos para ir al colegio.

Dejamos a mi hermana y por fin, llego a mi colegio. 7.38. Odio llegar a esta hora, entramos 7 minutos después así que no es tarde, pero todos los asientos de atrás ya están ocupados, una porquería.

Como es viernes, me siento con Ana, quien obviamente llega tarde. Me siento en un lugar al lado de la pared y me preparo para mi día: música, física y luego química. Una diversión bárbara..... Ah, y no me tengo que olvidar de Gimnasia...

El día pasa sin novedades, una vez que química al fin termina, vamos todos a comer para luego dirigirnos a Gimnasia, que es en un club no muy lejos del colegio.

Hoy es un día especial en gimnasia, al fin vamos a pagar el campamento, que es la semana que viene. Cuando llegamos, los de 1era y 4ta están pagando, y luego vamos los de 2da y 3era. Llaman primero a tercera... Eso tiene sentido? Así que mi curso mientras, hace lío, como siempre.

Los chicos se pusieron a jugar a la pelota mientras yo, como una loca hacia cuentas. Siempre me tocaba lo peor a mi.

Para bajar los costos del campamento, habíamos organizado rifas y venta de tortas, y adivinen quien es la que organiza todo, tiene la plata, la divide, le da las cuentas a la profesora y todo eso?? yo. Como siempre.... Nadie quiere hacerlo y a mi, me da cosa dejarlo en el aire y termino haciendo todo yo.

Una vez que le di la plata a cada uno, me quede solo con la mía, la cual, de repente se va de mis manos. Levanto la vista para ver la razón y, obviamente, me cruzo con Benja.

Ay dios, como me puede, esos ojos....

-A ver si me devolves eso..-le dije, siempre tan amorosa

-Eso? Eso que? yo no tengo nada

-Dale euu, la tenes en la mano, ni para mentir servís..

-Creo que si quieres esto vas a tener que conseguirlo- dijo y salió corriendo.

Puto Benjamín. Me podes, obvio que te voy a seguir.

Benja fue al gimnasio de al lado, que por suerte estaba vacío y se metió por una puerta, al entrar era un cuarto chiquitito, vacío. Y, de repente no se como ni cuando pero estaba contra la pared y Benja no me dejaba mover para ningún lado.

Idas y vueltasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora