El jueves y el viernes fueron tan ¿lindos? Como el miércoles, mechamos un poco de amistad con loquefueraqueseaesoqueteníamos.
Aunque, cada vez se hacía como más raro, no es que no me gustaba esa “rareza” pero, por ejemplo, el viernes a la mañana, que el día estaba horrible no había nadie a la mañana en el colegio y estábamos más o menos diez personas encerrados en un salón, aburridos, hablando de cualquier cosa y ahí estábamos nosotros, sentados arriba de una mesa, abrazados en frente de todos y hablando con los demás, como si eso fuera lo más normal, como si fuera algo de todos los días.
Esa noche era la noche, era el cumpleaños de Iván, uno de nuestros compañeros que vivía en un buen barrio y tenía una casa con un… mmm podríamos decir “Buen tamaño” y había invitado como a 100 personas a una fiesta previa a la fiesta de los del último año del colegio.
Nosotras, con Emi y Ro, nos juntamos en casa antes de lo de Iván que era más o menos a las once de la noche y yo… me garanticé de arreglarme para Benja: me alisé el pelo, que de esta manera me llega a la cintura, me puse unos pantalones bordó ajustados con zapatos altos, de unos doce centímetros, que combinaran, una remera blanca y negra rayada y un poco de maquillaje. Era otra persona.
Una vez que comimos y nos arreglamos, nos dirigimos para la fiesta, dónde nos íbamos a encontrar con un pequeño problema, pero nosotras ya lo sabíamos: el alcohol.
Con mi grupo de amigas no tomábamos, por algo simple: no nos gustaba. Y no íbamos a andar consumiendo alcohol por que estaba de moda a esa edad y para decir “ay si, yo tomo” porque no tiene sentido, y no soportábamos mucho a la gente que tomaba para que lo alabaran, porque encima terminaban hechos un asco, vomitando y quedaban como el orto con la gente. Así que nosotras íbamos para bailarnos, pasarla bien, y no para hacernos las cancheras porque tomábamos. El problemita que había acá es que, a mi no me molesta que la gente que le gusta tomar, tome, y Benja era una de esas personas. Yo le había dicho que a mí no me molestaba que el tomara pero que yo ni en pedo le iba a dar un beso ni nada si tenía aliento a cerveza o a lo que sea. Así que él no tenía idea que iba a hacer, ni yo.
Una vez que llegamos a lo de Iván, buscamos a los chicos que estaban “bailando”- eso no se puede llamar bailar- y todos, con un vaso en la mano, Benja incluido. Con cerveza. Creo que ya sé que eligió, y me parece que si alguien quiere un beso hoy no lo va a tener. Había que ver cuanta fuerza de voluntad tenía ¿Cuánto iba a aguantar? Ni idea, y más teniéndolo ahí, esa camisa le quedaba tan bien. Lo peor de todo esto es que él me iba a venir a buscar y yo iba a tener que esquivarlo ¿Cuánto iba a durar eso?
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Idas y vueltas
Ficção AdolescenteVieron cuando leen un libro sin prestar atención y de repente pasa algo increíble y uno se queda como WOW, ¿Qué es esto? ¿De dónde salió? Y tienen que volver a releer para ver como llegaron hasta ahí... Bueno, así era él, solo que si volves a leer...