Capitulo 3- No juegues conmigo

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Diez centímetros. Solo esa distancia separaban mis labios de los suyos... Y se acortó por un momento. Hasta que Benja decidió que ya estaba, dio media vuelta y se fue. Se fue. Me dejó ahí. Sola. Y completamente shockeada por lo que acababa de presenciar.

(Por que te vass?? Te odioo)

Tuve que salir corriendo atrás de el... Tenía mi plata. Estaba a la mutad del gimnasio vacío, y levantaba la plata como si fuese ni se, un trofeo.

Me acerqué y volvimos a lo de antes: dame la plata. Que plata?. Dale, no seas idiota. Etcetc. Hasta que escuché mi nombre y me di vuelta: era la 3era de la lista, tenía que ir a pagar. Así que el demonio me devolvió la plata y me fui, con una sonrisa enorme, dejándolo solo.

Luego de pagar, nos podíamos ir, así que yo espere a mis amigas, y cuando nos íbamos Benja vino a saludarme, y yo, haciéndome la ofendida, no lo dejé.

Así que él, muy amablemente, me agarró del mentón, haciendo que no me pudiera mover, y me dio un beso en la mejilla.

(Benjamín me volves loca)

Y después, haciéndose el genio me dijo al oído: algún día vas a ser mía.

(Te odiooooo, te detesto, odio que hgas estas cosas pendejo de mierda, esas jodas que haces que me dejan plantada al piso, y que para vos son un maldito juego)

Idas y vueltasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora