Estaba muy enfadada. La estúpida de Tessa me había llevado con sus amigos para después ignorarme y dejarme con ese personaje llamado Collin. Seguro que sabía lo de las fotos asquerosas, por eso le había dicho a Collin que me hiciese el test. Maldita bruja. Y encima tenía que soportar que viniese con sus amigos esta noche. Mamá, te odio por dejarme con esta gente. Y Collin, ¿Qué demonios pensaba? ¿Que era como Tessa? ¿Qué con dos bromas y unas cervezas iba a poder meterme mano?
Eran las 9:15 así que llamé y pedí una pizza. No tenía ganas de cocinar. Antes de la fiesta guardé cualquier cosa que se pudiese romper o pareciese frágil, para después darme una ducha y prepararme. Me sequé el pelo dejándolo ondulado, con algún tirabuzón, y me puse un vestido tubo blanco, con las mangas de encaje hasta mitad del brazo, y unos tacones color madera. Me pinté los labios color coral, me puse máscara y un poco de colorete, nada más.
A las 10:45 llegó Tessa con algunos de sus amigos. Ella vestía un vestido tubo negro, pero mucho más corto y sin mangas, además también llevaba un maquillaje muy exagerado. Para mi gusto, parecía bastante vulgar. Traían las bebidas y algunas decoraciones. Estábamos preparando las cosas cuando me subí a una silla para colgar una guirnalda. La silla se tambaleó y uno de sus amigos vino corriendo a sujetarla. Le sonreí, y seguí colocándola, pero cuando acabé, volví a mirar al chico, y en efecto, me estaba mirando el culo. ¿En este sitio son todos unos babosos o qué pasa?
-¿Te ayudo a bajar? –dijo tendiéndome su mano-.
-No gracias, puedo sola, y si me miras el culo, disimula un poco más a la próxima –le dije cortante y todos los demás se echaron a reir-.
A las 11 la gente comenzó a llegar. Mucha gente. No conocía a nadie. Sólo me preocupaba por vigilar que no robasen ni rompiesen nada. Algún chico intentó bailar conmigo, pero no estaba de humor. Eran las 12:30 cuando subí a mi habitación y encontré a un chico y una chica liándose. En mi cama. Les dije que saliesen, pero me lanzaron una almohada y siguieron a lo suyo. Estaba indignada y me dirigí a decirle a Tessa que controlase a sus amigos. Me acerqué por detrás a ella y a sus amigas y oí lo que decían.
-¿Cuándo vamos a empezar a destrozar cosas? –dijo una de ellas, emocionada-.
-Cuando perdamos de vista a Lucy. En un rato vendrá Collin y la sacará de la fiesta. Aprovecharemos y romperemos todo, veréis que bronca le echará mi tío Henry a su nueva hijita –dijo Tessa burlonamente, haciendo comillas con los dedos en la parte de su nueva hijita-
-¿PERDONA? –dije enfurecida-.
Las 3 se giraron sorprendidas.
-Sabía que eras una bruja desde que te conocí –dije señalándola- Y siento fastidiar tu plan, pero la fiesta se acaba de terminar –dije dando media vuelta-.
Apagué la música y me subí encima de la mesa del comedor.
-Todos fuera, la fiesta ha terminado –grite con todas mis fuerzas mientras señalaba la puerta-.
-¡Va a hacer un striptease! –gritó un chico medio borracho desde cerca de la mesa y otros se le unieron silbando y aplaudiendo-.
-Eso que lo haga tu madre, gilipollas –grité más enfurecida aún- ¡FUERA HE DICHO! ¡Como quede alguien dentro de mi casa en 10 minutos, llamo a la policía!
Hubo un abucheo general y la gente comenzó a salir por la puerta. Tessa y sus amigas me miraron boquiabiertas, y yo les lancé una mirada desafiante. Después, salieron de mi casa.
Estaba muy enfadada, mis instintos estaban en lo cierto, Tessa no era de fiar, pero ¿por qué quería fastidiarme? ¿Estaba celosa de que yo ahora viviese con su tío? Pero esto no se iba a quedar así, tenía que vengarme. Cogí un vaso de la cocina y una de las botellas de vodka que habían quedado, y me tomé un vaso. Estaba malísimo y me quemaba la garganta, pero estaba muy nerviosa y necesitaba tranquilizarme. Mientras pensaba que podía hacer llene otro vaso y me lo bebí. Collin también estaba en el ajo. Estaba siendo simpático conmigo esta tarde para luego poder distraerme en la fiesta. Menudo gilipollas. Pero… sabía donde vivía. Cogí las llaves y me dirigí al patio 46, puerta 4. La calle estaba bastante oscura pero no me importaba, estaba que echaba chispas. Llegué y el conserje me abrió la puerta. Subí corriendo por las escaleras y comencé a aporrear la puerta. Me abrió un chico de ojos azules y pelo castaño, no era Collin. ¿Recordaba mal el número?