-Hola –dijo saludando con su mano-.
-Hola –dije extrañada por su visita-.
-Soy Jackson, me recuerdas ¿no? –preguntó dubitativo-.
-Sí, te recuerdo, y te repito que no estaba borracha, no tengo por qué no recordarte –contesté molesta-.
-Mm ya, de acuerdo –dijo rascándose la cabeza- La verdad es que me sentía mal por haberme reído de ti anoche mientras llorabas, y pasaba a disculparme y ver como llevas el tobillo.
-Tranquilo, con el que estoy realmente enfadada en con Collin –dije quitándole hierro al asunto. No me apetecía volver a discutir ahora mismo- Y bueno, mi pie… Necesito esto para andar –dije elevando el bate-.
-Deberías ir al médico, puede que tengas un esguince. Yo puedo acercarte –dijo sonriendo-.
-No gracias, no creo que sea nada importante. Además, tengo que recoger los restos de la fiesta antes de esta noche, y al paso que voy, voy a necesitar mucho tiempo –dije abriendo totalmente la puerta y enseñándole la casa-.
-Si me dejas entrar te puedo echar una mano –dijo levantando las cejas-.
-No, es culpa mía por dar una fiesta, ahora tengo que recogerlo yo.
-Venga, que no me cuesta nada –dijo sonriendo cálidamente y dándome un pequeño golpe en el hombro- Además, no tengo nada que hacer.
-Mm… -me quedé pensando por unos instantes. Parecía buen chico, y era muy guapo, para que vamos a mentir. Pero Collin también parecía buen chico y era atractivo y me la había jugado. Dejé de pensarlo y me aparté para dejarlo entrar. Necesitaba ayuda, o mi madre y Henry me iban a pillar con la casa echa un asco- Está bien, entra.
Se rió al verme caminar con el bate como bastón, y yo le amenacé con golpearle con él. Sacamos bolsas y comenzamos a recoger vasos del suelo. Me agaché a coger uno y oí a Jackson reírse.
-¿Qué pasa? –pregunté extrañada-.
-Nada… -dijo disimulando, pero yo seguí mirándolo fijamente- Bueno, no deberías agacharte llevando solo esa camiseta –dijo sonriendo pícaramente-.
-Mierda –exclamé y me levante de golpe, cargando el peso en el tobillo malo y encaminándome hacia el suelo. Pero cuando ya me veía estampada, Jackson me agarró de la cintura y me sujetó contra él, poniéndome de pie de nuevo- Gra-gracias… -dije roja como un tomate, me moría de vergüenza, y más ahora estando tan cerca de él-.
-De nada –dijo riendo de nuevo- Espérate aquí, voy a traerte una silla –dijo mientras se dirigía a la cocina a por un taburete- Siéntate aquí y sujeta la bolsa, yo iré recogiendo las cosas del suelo.
-Pero entonces yo no haré nada –dije aún avergonzada-.
-Tampoco es que puedas hacer mucho más estando así –respondió agachándose a recoger cosas del suelo-.
Jackson estuvo más de una hora ayudándome a recoger y a limpiar, aunque realmente yo no hacía nada, no podía. Al acabar me sentía en deuda con él.
-Bueno Jackson, gracias por … hacerlo todo –dije encogiéndome de hombros-.
-Tranquila, ahora me debes un favor –dijo guiñándome un ojo- Algún día me compensaras. Además, se donde vives, así que no podrás escapar de mí –añadió con una sonrisa perversa-.
-Si claro… -dije no muy convencida-.
-Creo que es hora de que me vaya. Deberías tumbarte con el pie en reposo y ponerte hielo.