CAPÍTULO 5

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ANAHÍ:

Aún me siento totalmente abrumada desde que Dulce intento besarme. Su tacto, sus ojos, su aliento cerca del mío, no dejan de dar vueltas en mi cabeza desde que salí por la puerta de ese salón. Aún siento como los bellos se me erizan.

Es increíble el efecto que tiene Dulce en mi, podrán pasar meses, años, pero quizás recordare eso por siempre, con un simple tacto y unas cuantas miradas me hizo sentir lo que nunca nadie me a hecho sentir.

No hablo con ella desde entonces, y hoy se inicia una nueva semana, por ende supongo que la veré en el instituto. No es cómo si ambas pudiéramos escapar, si así fuera todo sería más fácil, pero la vida es así.

Estoy sentada en la silla justo en el escritorio del salón esperando a que entren todos mis alumnos. Al pasar unos 10 minutos todos los chicos están ubicados en sus lugares. Comienzo a sospechar que Dulce no asistirá, pero la puerta se abre de una forma brusca y ella entra al salón, se encamina hacia su respectivo lugar, mirando a cualquier parte menos a mi. Se sienta y en éste momento puedo sentir como comienza la tortura.

Siento que mi nuca arde, siento sus ojos sobre mi, siento que mi cuerpo responde cómo fuego ante eso. Entonces me pongo de pie para intentar dar mi clase.

Quiero mirarla y enfrentarla, pero más quiero huir. Siempre que estás en situaciones difíciles, lo único que quieres hacer es huir. Pero siempre algo te lleva a eso y el golpe es aún más fuerte.

-¿Cómo están chicos? espero que hayan tenido un buen fin de semana, hoy les traigo bastante materia así que pongan mucha atención- Saque unas hojas que les tenía que entregar y comencé mi clase con éxito. Les deje un enorme trabajo extra clase por hacer. Al pasar el tiempo finalizo mi lección y con ella mi tortura, recogí mis cosas y salí a toda prisa para la sala de profesores.

DULCE:

-¿Te gustaría hacer el trabajo conmigo?- le dije a una chica que estaba sentada sola esperando que terminaran de salir todos del salón.

-Sí- dijo inmediatamente con un cierto entusiasmo- No conozco a nadie y pues...

-Mucho gusto, soy Dulce- le extendí mi mano con una sonrisa-¿Y tú?.

-El gusto es mío, Maite, para servirte - me devolvió la sonrisa.

-¿Eres nueva?... no te había visto antes.

-Sí... es complicado ser la nueva.

-Créeme, te entiendo, estuve en México un año y los primeros días fueron una tortura.

Se rió un momento y me miró medio seria pero con una sonrisa- Esa profe, se pasó con este trabajo, nos tardaremos mucho haciéndolo, nos salvamos que es para la próxima semana.

-Pues ya ves, si quieres puedes reunirte en mi casa conmigo y hacemos el trabajo, digo, si tu quieres.

-Acepto- dijo sonriendo.

-¿Mañana?- la miré divertida.

-Hecho. ¿Vamos a la siguiente lección?.

Me tomó de la mano y me puse en marcha junto a ella, es increíble como esta chica agarra confianza rápido, pero no me importa, me cae bien, es linda. Cuándo íbamos de camino hacía el siguiente salón de clase, nos topamos a Anahí y ella se mete en mi camino.

-¿Qué quiere?, profesora... -Le hablé realmente mal y tomé con mas fuerza a Maite de la mano.

ANAHÍ:

Le frunzo el ceño a su tono, al mismo tiempo mirando sus manos entre lazadas.

-Ocupo... hablar un momento con usted señorita Espinoza.

UN AMOR IMPOSIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora