CAPITULO 20

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DOS MESES DESPUÉS.

DULCE:

Me encontraba en el salón de clases esperando a que el profesor llegara y así comenzar el examen. El salón no estaba completo, algunos compañeros se ausentaron. En estos momentos mi cabeza reproducía todo lo estudiado. Dicen que eso pasa cuándo estudiamos mucho, dejamos de leer, pero nuestra mente actúa como si aún estuviéramos leyendo.

El profesor entra a el salón y al vernos se ríe negando con la cabeza. Es de esos profesores que disfrutan del sufrimiento y nervios de los alumnos. Más allá de esa actitud lo admiraba. Es un profesor que ama lo que hace, y me hace desear mas lo que quiero.

Veo que tenemos pocos valientes- dice dejando el bolso arriba de su escritorio- Bien pues díganle a sus compañeros ausentes que sera peor verme la cara en el próximo intento- sonríe y todos nos miramos- Y espero que los valientes presentes sepan las respuestas.

Vuelve a sonreír mientras saca los exámenes de su bolso. El profesor si que amaba causar más nervios en los alumnos, algunos se reían por lo bajo de sus chistes, otros solo intentaban que sus nervios no sean tan notorios.

-Bien, no mueran en el intento- dice como motivación al terminar de repartirnos los exámenes. Entonces damos por comienzo al mismo.

-Que la suerte te acompañe, Dulce- me dice un chico que estaba al lado mío.

-Gracias, espero lo mismo para ti- este sonríe y vuelve su mirada al examen.

Me tomo hora y media terminar con el examen. Salí segura del salón de clases, supe las respuestas, con algunas tuve dudas y tal vez falle, pero salí confiada de mi misma. Solo espero no equivocarme.

Moría de hambre. Casi ni comía en tiempo de exámenes, así que luego de mandarle un mensaje a Hannah y a Max contándoles como me fue, me dirigí a una cafetería cerca de la Universidad.

Una vez que obtuve mi batido de fresa y mi muffins, me senté en una mesa alejada del resto de las personas, y saco el libro que había comprado hace poco. Aún no tuve tiempo de leerlo, así que no hay mejor momento que ahora y así poder relajar mi mente un poco de lo estudiado.

Mientras leía muy concentrada escucho la voz de Anahí así que vuelvo mi mirada a ella y la observo entrar en la cafetería con unos profesores y con la estúpida profesora nueva, como detesto a esa mujer siempre le anda rondando a Anahí como mosca. Se le acerca de una forma provocativa y Anahí le sonríe. ¡¿Pero que carajo le pasa?!.

Volví mi vista al libro para desconectar mi mente. Se supone que cuándo abres un libro te olvidas de la realidad para meterte en la historia y disfrutarla. Sin pensar en nada, solo poner tú atención en lo que estas leyendo. Pero hoy mi mente parece que se está burlando de mi. Solo mis celos estaban en mi mente mientras leía."¿Por qué Dulce, por qué?".

Mis ojos estaban en las líneas que habré leído más de una vez, pero mi mente estaba en ella y en la resbalosa profesora nueva.

"Diablos, Dulce, relájate, sólo recuerda que Anahí te ama. No debes preocuparte al respecto, recién se acaban de conocer, y ya me estoy matando con estos pensamientos que tal vez sean nada".

Una vez que mi mente se calma, vuelvo mi atención a la lectura y esta vez, sí consigo meterme en la historia, pero mi celular vibra en mi bolsillo interrumpiéndome. Definitivamente el universo no quiere que lea. Cierro el libro y saco mi celular del bolsillo de mi jeans. Era un mensaje de Hannah.

"Tienes que venir a ayudarme. No, no te estoy preguntando si puedes, vienes o vienes. Por cierto, espero que tengas éxitos con el examen".

Sonrío negando con la cabeza y me levanto de la mesa. Pero escuché a Anahí hablando con la idiota esa, entonces me escondí en dónde no me pudiera ver y así escuchar mejor.

UN AMOR IMPOSIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora