Narra Fabian:
Como lo había pensado horas atrás, parece ser que la boda se acercaba, pero así como me invadía una emoción enorme sobre el gran día, también me invadía un terror enorme sobre lo que podría pasar hasta entonces.
-Erick yo... -trate de articular palabras, estaba feliz, pero no sabía si estaba totalmente seguro de comenzar con todo lo relacionado a la boda.
-No estas de acuerdo? -dijo este separandose de mi borrando la sonrisa de su rostro. -No no claro que no! -dije apresurandome a tomar sus manos para que no sienta que lo estoy rechazando ni nada por el estilo. -Claro que quiero, nada me haría más feliz que ser tu esposo de una vez por todas, pero me da miedo que algo malo pueda pasar. -dije agachando mi cabeza y cerrando los ojos con fuerza, comencé a sentir como los ojos se me aguaban porque no quería que algo pudiese pasar ese día, mi día, su día, nuestro día.
Erick me abrazo posando su cabeza sobre la mía y envolverme con sus fuertes brazos. Me daba la seguridad que necisitaba, la valentía que me daba para seguir adelante, con el a mi lado, sentía que todo podía ser posible.
Alce mi cabeza y lo mire con mis ojos llorosos, y vi su sonrisa, sus ojos grises ajustándose a su perfecta sincronía de sus facciones, sus cabello estaba largo y tenía una barba de algunos días que no le quedaba para nada mal, todos los días lo miraba pero hoy me dediqué a verlo más detenidamente, y cada vez me daba un motivo más para enamorarme perdidamente de el. Y hoy fue su manera de hacerme sentirme a salvo.
-Son los nervios de novia. -dijo y una sonrisa burlona se ensancho en su rostro. Lo fulmine con la mirada para luego darle un golpe en el brazo. -No soy una chica como para tener ese tipo de cosas cliché. -dije cruzandome de brazos y acomodandome en mi asiento. Este se rió y luego se acercó a mi oído y lentamente me susurró con una voz que hizo que una energía eléctrica recorriera todo mi cuerpo.
-No serás una chica, pero te juro que al llegar, te haré mi perra. -dijo con una voz seductora para luego ponerse en marcha como un rayo, pisando el acelerador desesperado como si quiesiera volar encima de los carros.
Y yo también quería llegar ya.
Narra Leo
*Horas antes*
Luego de la discusión que tuve con el idiota de Fabián en casa, llame a Bruno y Esteban para contarles sobre lo ocurrido. Me reuní con ellos en una pequeña cafetería que queda cerca de mi casa, llegaron a los 10 minutos, nos sentamos en unas de las mesas del fondo del lugar y nos pusimos hablar. Les conté sobre como me sentía pero ellos parecieron no darme atención.
-Lo siento leo, creó que deberías susperar a Erick. El no te quiere y nunca lo hará, pero si quieres continuar con la venganza contra Fabián te apoyaremos, pero ahora estamos ocupados, así que hablamos luego. -Dijo Leo y tras eso Bruno me guiño un ojo y ambos salieron del lugar dejandome solo ahí.
Me sentí indignado y mas solo que nunca, pague el café que pedí sin acabarmelo dejando el dinero sobre la mesa y salí del lugar.
Seguí caminando hasta llegar a un parque no tan lejano de casa pero si lo suficiente como para hacerme detener en el y descansar.
Me sente en una de las bancas que había cerca, frente a los distintos juegos para niños que había como en cualquier parque familiar. Pero como el clima no era de los mejores estos esstaban vacios y aparentemente sin vida. Decidí levantarme e irme a casa, pero por alguna extraña razón algo me hizo que me siente en los columpios, talvez el simple echo de que me sentía como estos, sólo.
Me puse a pensar en todo lo que estaba pasando, en las cosas que estaba suciendiendo a causa de mis acciones y no me hacía sentir para nada bien.
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Felices por, siempre?
Novela JuvenilDespues de dos años, la historia de Fabian y Erick continua. Los jovenes enamorados hacen una nueva vida juntos esperando lo que les depare el destino, y en busca de su "final feliz" se cruzaran con nuevas personas y nuevos obstaculos que querrán im...