Me hablaron de él como amigo de amigos,haciendo que me empezara a interesar por él, lo describían como una persona graciosas, de pelo cobrizo y ojos color caramelo, pasaron los días y me olvide de él.
Era una aburrida mañana de domingo, bastante lluviosas creo recordar, como no sabía que hacer decidí cojer el móvil, cuando abrí whatsapp vi un mensaje de alguien desconoció, me asusté mucho, pero decidí preguntarle quien era, mi sorpresa llegó cuando dio como respuesta "conejo",yo me estrañe y pensé que no había entendido bien la pregunta y le volvi a preguntar por su sombre:
-¿perdona como has dicho que te llamas?
-pues conejo- respondió
-¿¡TUS PADRES TE PUSIERON CONEJO COMO NOMBRE!?- le pregunté muy extrañada
-no hombre- respondió con un amistoso tono burlón -solo que me gusta que me llamen por mi moteEn ese momento me acordé de ese chico del que habían hablado mis amigos tiempo atrás y al cual se referian con un mote algo extraño.
-¿pero tu como has conseguido mi número?- le pregunté
-¿conoces a Sheila?- dijo
-porsupuesto que sí, llevamos juntas desde la guardería- le respondí con un tono ilusionado
-Pues ella me dio tu numero- respondió con una gran tranquilidad
-¡¿Como?!-exclaméNecesitaba explicaciones por parte de Sheila, no entendía porque razón la había dado mi número de teléfono a un desconocido.
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A 699 kilómetros de ti
Teen FictionDistancias, números que nos dicen donde ir, donde estar y donde terminar, números que a veces ahogan nuestros sueños o ponen murallas para no poder alcanzarlos, pero sobre todo son números que marcan deseos, ilusión y confianza