Espera...que? Ferran....y.....¿entonces Conejo?......pero luego Ferran..... yo no entiendo nada....me he perdido.....😅
Eché la vista atrás y vi como Conejo miraba desafiante a Ferran que me cargaba a hombros, escuche que Alex se me acercó y le dijo algo en catalán que no logré entender, me quedé pensativa ya que mientras lo decían Alex y Conejo dirigían sus ojos hacia mí.
(...)
Cuando por fin entramos en casa y mis pies tocaron el suelo me sentí muy aliviada.
-No tengo sueño- dijo Ferran sentado en el sofá.
-pareces un niño pequeño- le respondió Edu cerrando la puerta que daba al jardí, por la que acabábamos de entrar.
-Propongo un juego - añadió Conejo sentándose en el sofá al lado de Ferran.
La verdad es que me picaba la curiosidad, de esta mezcla de dos bromistas como son conejo y Ferran no podía salir nada bueno.
-de acuerdo- dije
Sheila se me quedó mirando y luego rió
-no sabía que te estuvieras corrompiendo pillina- soltó mientras me daba pequeños golpecitos con el dedo en el brazo y la espalda
-vale pues entonces........- Conejo miró a Alex con una pícara sonrisa dibujada en el rostro que hizo que Sheila y yo nos miraramos asustadas -empezemos a animar la fiesta-
Alex subió las escaleras y trajo una caja y una bolsa de plastico con botellas en su interior, Sheila y yo nos miramos temiendonos lo peor, no sabíamos en que clase de lio nos acabábamos de meter.
-yo no voy a beber- dijo Sheila muy seria mirando la bolsa de plástico.
Yo me uni a ella en esa afirmación y todos nos miraron echando a reir como posesos, entre el alboroto Alex sacon una de las botellas de la bolsa de plástico, al verla Sheila y yo echamos a reir, eran simples refrescos.
-Empieza el juego- dijo Conejo sacando un juego con el cual Sheila y yo saltamos de la emoción
-¡llevamos años sin jugar a esto!- dijo Sheila sujetando la caja entre sus patosas manos
-¡twister!- gritamos al unísono quitandonos los zapatos listas para jugar
El Twister, ese juego en el que acabas hecho un nudo con tus contrincantes, tiene un simple funcionamiento, es una pequeña alfombra con unos círculos de colores, al otro lado de la alfombra hay una ruleta que marcará con que mano o con que pie has de tocar cualquier color
Empezamos a jugar y los primeros en caer fueron Edu y Sheila, luego le siguió Ferran, tan solo quedábamos Diego, Alex, Conejo y yo, la tensión estaba en el aire, Diego calló tirando a Alex y causando unas cuantas risas a Ferran y a Conejo que hicieron que se desequilibrara y por poco callera haciendome la ganadora pero por lo que parecía no se hiba a dar por vencido así como así.
Entabló una conversación con Ferrán en catalán lo que implicaba que no me enteraba de casi nada, lo único que sabía es que de vez en cuando se escapaban unas risas que me hacían interesarme por lo que estarían hablando.
(...)
Sheila giró la ruleta, era mi turno, mi mano tenía que moverse a la derecha, eso me haría colocarme casi debajo de Conejo, una vez colocada en esa incómoda posición él ne miró a los ojos, las fuerzas en mis brazos flaquearon y caí, mi espalda había tocado el suelo, estaba eliminada.
En lugar de levantarse, Conejo se quedó encima mio y me miró a los ojos.
- as perdido....., ¿que prenda vas a quitarte?- dijo con una profunda y grave voz.
-¡¿que dices?!- exclamé levantándome de sopetón
-si no te gustaban las normas no haber empezado a jugar- dijo mirandome y sentándose en la alfombra del juego
-yo nunca acepté esa clase de normas- repliqué mientras me empezaba a ir de la habitación
-¿que pasa?¿la señorita pija de la capital no tiene agallas?- rió mirándome -que pena, yo me esperaba mas de ti- susurró pícaramente.
Sheila le miró rápidamente y me miró a mí, ella sabía que había dos cosas que no soportaba en el mundo, una, que me llamaran la niña de los profes y dos, que me llamaran pija.
Me giré y puse mis manos en mi camisa y la fuí abriendo botón a botón hasta haberla desabrochado entera después me acerqué lentamente hacia Conejo que estaba sentado, me agaché hasta el suelo y gateé hasta él.
-y dime...... ¿Que es lo que esperabas de mí?- dije agachandome y casi juntando mis labios con los suyos
La habitación entera quedó en silencio.
-ahora empezamos a entendernos- dijo pasando su dedo por mis labios que dibujaban una juguetona sonrisa
-¿quieres otra partida?- dije entre susurros
-contigo encantado....
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A 699 kilómetros de ti
Fiksi RemajaDistancias, números que nos dicen donde ir, donde estar y donde terminar, números que a veces ahogan nuestros sueños o ponen murallas para no poder alcanzarlos, pero sobre todo son números que marcan deseos, ilusión y confianza