Me quedé cuanto pude en su regazo y bajo sus brazos pero una voz me arrancó de mi más plena tranquilidad
- hay nubecitas en el fuego- dice Ferrán con la boca llena pero luego nos mira y corrige- pero tampoco se van a acabar a si que....-
- a si que tamaos el tiempo que queráis- le interrumpe Sheila con cara de madre orgullosa
Miré a Lukas que esbozaba una sonrisa, me incorporé y le miré a los ojos, mi corazón se aceleró a la vez que mi respiración.
-al final lo han conseguido- dijo él desviando su mirada hacía el cielo
Mi respiración cesó y mi pulso se quedó casi mudo
-¿el qué?- Me atreví a decir
Dirigió su mirada a mis labios, casi como un niño pequeño mira una gominola después de la regañina de su madre, me miró entre súplicas de sus ojos y yo le di mi permiso con la mirada, sentí sus labios como antes, sin inquietud sin resentimiento y sin preocupaciones durante unos segundos me sentí la más afortunada del mundo
-¡así se hace tío!- grito Ferrán con la mano a modo de megáfono
No se si fue telepatía o simplemente coordinación pero justo cuando terminó de gritar ambos enseñamos un dedo poco amable a Ferrán que calló de inmediato sin casi separar nuestros labios, cuando cojimos aire sentimos que todo rencor culpa o perdón se había terminado
- No quiero que pase esto- dije susurrando contra sus labios
Enseguida se separó para mirarme y darse cuenta de las lágrimas brotantes de mis ojos
-¿hey hey hey que pasa pandita?- dijo sujetando mi barbilla con sus dedos
- no quiero hacerte esto, Edu me dijo que no fuera egoísta y que no te hiciera daño cuando me marchara- explicaba yo entre sollozos
- tranquila, sentiría más dolor sabiendo lo que me pierdo por dejar libre mi corazón-
Estruje mi cuerpo contra su pecho buscando protección y valor para lo que iba a hacer.
- aún tengo una pregunta...- empeze a decir
- cuando llegamos, el día que salíamos de la piscina y que Ferrán me cargó a hombros ¿que le dijiste a Edu en catalán? -
-simplemente le dije que no dejaría que Diego o Ferrán o Alex se acercarán a ti porque creía que te quería- dijo mirandome
-¿Creías?- dije alarmada
-corrección, lo sé-
- pero entonces.... ¿porque se puso así Edu con migo? y ¿que te dijo de no se que de "como la última vez" cuando nos pilló basándonos y habló contigo en el cuarto? Y ¿porque no quería que estuviera contigo?
- ya!- dijo sonando bastante serio - ya está bien de preguntas por hoy- dijo tratando de arreglar su anterior tono
-perdón- dije agachado la cabeza
-no te disculpes, es sólo que no estoy aquí para hablar del pasado si no de todos los recuerdos que quiero conservar tuyos-
Su tono sonaba relajado pero pensativo
-¿cuantos recuerdos pretendes formar?- pregunté
- cuántos sean necesarios-
-¿y cuanto es eso?
- exactamente 699 recuerdos contigo-
- tienes poco tiempo
-ya tengo muchos recuerdos, exactamente 698 ninguno más ni ninguno menos
- ¿y a que esperas para el último?
- Al último día-
- pero hoy es el último día-
-no, hoy es la última noche con todos nosotros y créeme que pienso aprovecharla- nada más terminar hablando me cogió en brazos y me llevó hasta donde estaban los demás, me quedé sentada encima suyo exactamente igual que como el primer día en la piscina, Diego se levantó y se acercó a su tienda de campaña de donde sacó unas latas de cerveza, que no eran refrescos como el primer día
-¿¡beber!?- dijimos casi al unísono Sheila y yo
Como bebamos vamos a tener un problema, no me hago responsable de nada de lo he yo o mi lengua viperina decidamos decir en ese momento, a si que luego no quiero quejas
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A 699 kilómetros de ti
Teen FictionDistancias, números que nos dicen donde ir, donde estar y donde terminar, números que a veces ahogan nuestros sueños o ponen murallas para no poder alcanzarlos, pero sobre todo son números que marcan deseos, ilusión y confianza