Empezamos a caminar casi sin mirarnos, no soportaba estar así con él, sabía que todos habíamos tenido nuestra parte de culpa pero nos estábamos castigando demasiado.
No hubo mucho camino a si que llegamos pronto al famoso camping, al un lado había un pequeño muelle donde había un viejo barco de madera, me recordaba mucho al de la pelicula de la Sirenita que Sheila y yo veíamos de pequeñas, en ese momento si que me sentía muda como si fuera Ariel.
Ayudé a Ferrán a montar las distintas tiendas de campaña que habíamos traído,no fue un silencio absoluto pero pocas palabras se cruzaron. En cuanto pude me puse mis auriculares para desaparecer de este mundo y pensar estar en otro.
-¡dame eso ahora mismo!- noté una voz chillona y distorsionada captar mi atención, el segundo siguiente la voz de Elvis y su canción "I can't help falling in love", que por cierto no se si sería la canción más recomendable en este caso, desaparecian de mi cabeza de un fuerte tirón.
-Ay- me dije a mí misma antes de mirar hacía arriba para descubrir un rostro que presuponía.
- no te he traído a rastras desde la casa para que hagas lo mismo que hacías allí metida- me refunfuñaba cuál madre enfadada
-Sheila....... técnicamente no me has traído a rastras desde la casa- digo intentando recuperar los auriculares
-¿que?- Su tono trata de sonar lo más despistado posible, pero como siempre no lo consigue
-¿no te referiras a esto?- Dice señalando los auriculares con una diabólica mirada
- ¿que piensas hacer?- mi tono empezaba a sonar preocupado y dentro de cortas milésimas veo su mano acelerar y moverse en dirección al muelle -¡mis cascos!- digo corriendo a por ellos y lanzándome al agua sin pesar
- ¿que ha pasado?- dice Ferrán alarmado al escuchar el chapoteo del agua
-Mel se ha caído al agua- contesta Sheila haciéndose oír
Todos se miran automáticamente y Lukas salta de su sitio como un resorte en mi dirección se arodilla en el muelle y me tiende un brazo al que trato de agarrarme para poder salir del agua
-gente ayuda no puedo yo sólo, se me resbalan las rodillas con el suelo mojado- dice Lukas pidiendo ayuda, a lo que se acerca Alex y nada más juntarse a Lukas lo empuja para que se resbale y caiga al agua conmigo, en cuanto saca la cabeza del agua las risas empiezan a brotar de los todavía secos al ver nuestras caras de incomprensión se detienen las carcajadas.
-tendréis que salir de esta- dice Diego mirándonos seriamente
- ¿cómo pretendes que lo hagamos?- le grito bastante enfadada
-juntos me dice Lukas mientras me mira de reojo
Agacho la cabeza esperando represalias por su parte pero el silencio es absoluto.
Le veo subir con dificultad a los tablones del muelle y sentarse en el borde, me tiende los brazos y yo le miro preocupada
-no te vas a caer te lo prometo, yo te sujeto- me dice y su rostro es tranquilizador, me agarro a ellos y subo encima de los tablones del muelle justo a su lado, no puedo por más y me tumbo en su regazo.
-perdón...- me susurra con culpabilidad
- lo siento....- respondo llena de vergüenza
Como es posible que sólo dos palabras Basten para perdonar,¿es tan sencillo?
Diego se acerca a las mochilas y saca dos toallas y nos las lanza.
- Ahora comprendeis la necesidad de llavar toallas siempre ¿no?- dice con ironía
Sobre todo más si tus amigos montan un complot
-sabes.....-oigo otra vez una voz que proviene de por encima de mi cabeza -al final va a ser posible que un conejo se enamore de un pequeño panda- dice acercándose a mi y plantandome un cálido beso en la mejilla.- Gracias por perdonarme, gracias de verdad no creo que ninguno hubiéramos aguantado por más -
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A 699 kilómetros de ti
JugendliteraturDistancias, números que nos dicen donde ir, donde estar y donde terminar, números que a veces ahogan nuestros sueños o ponen murallas para no poder alcanzarlos, pero sobre todo son números que marcan deseos, ilusión y confianza