-gracias.....- susurré estando sola en la habitación- muchas gracias....-
Estaba llena de energía y felicidad, quería agradecer en persona a Lukas ese gran detalle
-hola, hola, hola, grciaaaas y quiero que sepas que te quiero mucho!- dije desde la entrada de la cocina a esa personita que hacía el desayuno
-que intensa empezamos la mañana- dijo Diego dándose la vuelta batiendo unos huevos para hacer el desayuno
-Perdón pensé que eras...- empecé a disculparme
-pensaste que era yo- dijo Conejo entrando por la puerta de la terraza
-si- dije poniendo una de mis manos encima de mi cabeza
-y se puede saber ¿porqué te molestas tanto por agradecerme?- dijo, su tono no sonaba como el más amistoso del mundo
-se puede saber ¿que mosca te ha picado?- le pregunté extrañada
-consultalo con "LEO" a ver si Él te responde- dijo abandonado la cocina
-¿Leo?- dije confusa -¿estas celoso?-
-no me gusta escuchar como mi chica llama angelito a un chico que la está esperando en Madrid- dijo molesto mirándome
-lo primero, Leo es mi mejor amigo y segundo,¿¡tu chica!?-
-da igual como te haya llamado pero lo de que sea tu mejor amigo no me lo creo ni borracho-
- pues creete lo que quieras- le grité enfadada
-tu llamas «mejor amigo» a cualquier hombre a si que......-
Mi mano aceleró impactando en su cara, al ver lo que había hecho empezé a tamblar, había dado una bofetada a Lukas
-Panda esto ha ido muy lejos- dijo marchándose
Me tomó tiempo encontrar las lágrimas pero al final las encontré, me derrumbé al suelo, mis rodillas ya no me sostenían.
-ea ea ea ¿que pasa pandita?- desde que él me había apodado así toda la casa me había empezado a llamar pandita
Ferran me acogió en sus brazos y me preguntó que pasaba, mi voz se entre cortaba a si que me dijo que respirara despacio
Le expliqué todo lo sucedido y esperé una respuesta
-tal y como me lo cuentas no me recuerda en nada al Lukas que yo conozco- me dijo tranquilizador
-¿te importa si hablo yo con él?- me preguntó con una suave voz
-de acuerdo- le respondí- solo espero que ojalá me perdone
Le vi subir las escaleras en dirección a la habitación de lukas
Ferran. P.O.V.
estaba derrumbada, no entendía como podía estar así, creía importante que yo hablara con lukas, que parecía ser uno de los causante de esto
Al entrar en su habitación lo encontré sentado en la mesa del escritorio, lo llamé y al darse la vuelta vi como sus ojos estaban en vueltos en lágrimas, intenté reaccionar lo más natural posible
-¿tan fuerte te pegó la pijilla de Madrid?-pregunté
- si no tienes nada más inteligente que soltar por la boca te invito a salir por la puerta por la que as entrado cuanto antes- respondió
-tranquilo tio sabes que nunca te diré eso-
-pero esque tu no viste sus ojos-
-¿que?-
- sus ojos estaban oscuros por odio-
-seguro que no te miraba con tanto desprecio como piensas-
-no lo sé, solo digo que ojalá me perdone-
-tranquilo hermano no eres el único de los dos que está destrozado-
-¿por? ¿A ti que te pasa?- no hablaba de mí -dije dándole unos golpecitos en el brazo y saliendo de la habitación
Bufff......¿y que se supone que tengo yo que hacer ahora?que complicaciones os montáis los dos solitos.
ESTÁS LEYENDO
A 699 kilómetros de ti
Teen FictionDistancias, números que nos dicen donde ir, donde estar y donde terminar, números que a veces ahogan nuestros sueños o ponen murallas para no poder alcanzarlos, pero sobre todo son números que marcan deseos, ilusión y confianza