La partida continuó durante un tiempo más y al finalizar los únicos sin alguna prenda eramos Sheila, a la cual la faltaba la sudadera y estaba en camiseta interior Edu, que nos había amargado la noche quitandose sus calcetines, y yo, que había sido la primera en perder y había tenido que prescindir de mi camisa, por muy insoportable que me pareciera no había conseguido hacer que Conejo que quitara nada, y eso le hacía regocijarse en mi cara con una insoportable sonrisa.
-se terminó la partida- dijo Alex riendo y tirando a Edu sus calcetines sin avisar causando que le dieran en la cara
Yo me agaché para cojer mi camisa y al levantarme tope con unas manos que agarraba desde atrás mi cintura.
-buenas noches....- susurró a mi oreja
Su voz hacía que mi cuerpo temblara.
Se separó de mí acariciando desde mi cadera hasta mi espalda
De verdad, no aguantaba a ese maldito Conejo.
(...)
Llegué a la habitación y cerré mi puerta, me quedé unos segundos delante de ella, avancé hasta mi cama y me senté, un fuerte estruendo sonó y caí al suelo soltando un sonoro grito
-¿¡estas bien!?-
Un adormilado Conejo se presentó en mi habitación, sentí como mi boca se habría un poco y mis mejillas se sonrojaban.....¡estaba sin camiseta! Por suerte aún conservaba los pantalones de pijama.
Intentaba no mirarle demasiado ya que eso hacía que me empezara a poner muy nerviosa, me levantó de un brinco y acabé sujeta a sus hombros, casi rozando su rostro, me separé rápidamente dándome la vuelta, mi respiración estaba agitada, pero se aceleró aún más al oir su vor decir
-y ... ¿donde piensas dormir esta noche?, hay seis camas para siete personas
-seguramente a Sheila no le importará que duerma con ella,ya hemos dormido juntas mas de una vez- dije con una leve voz, casi muda
-¿estas segura de eso?-
Sus palabras me aceleraron las pulsaciones.
Lo miré desconcertada.
-tranquila- dijo riendo -como ya te dije antes en el jardín, yo no muerdo- tocó su cuello con la mano izquierda y extendió la derecha en mi dirección
Coji su mano y me llevó directamente a su habitación, cuando cerró la puerta una incomoda sensación invadió mi cuerpo, el salió de la habitación y volvió con unas cuantas mantas y un par de cojines
-¿que pretendes?-pregunté sentada como un indio encima de la cama
-tu te quedas la cama y yo el suelo-me miró con sus profundos ojos y me quedé embobada
-¿estas seguro?- dije mirando el suelo donde pretendía dormir.
-porsupuesto, no me importa en absoluto- dijo con una tranquilizadora voz.
(...)
Había pasado como una media hora y yo no podía conciliar el sueño, estaba en su cama, dónde el dormía, por mi cabeza pasaban muchas cosas pero una de ellas era ¿habrán pasado muchas chicas por aquí? O mejor dicho, ¿habrá estado con muchas chicas?
(...)
Me quedé mirando su cara, parecía tan indefenso y tierno mientras dormía
-no me mires así- dijo con los ojos casi cerrados
-¿que no te mire como?- dije un poco molesta por el comentario
-que no me mires como si sintieras pena de mí- respondió abriendo y mirándome seductoramente
Tome aire para tranquilizarme
-No me gusta verte durmiendo así- dije asomandome al borde de la cama para verle mejor
-¿y que pretendes que haga?- dijo girandose y mirando el techo
Me moví hacia un extremo de la cama y levanté la sábana para indicarle que entrara
-¿estas segura?- dijo extrañado
-¿porque iba a importarme? Yo soy la que se ha colado en tu cama, no veo razones por las que tengas que dormir en el suelo-
Se metió en la cama y mis ojos quedaron frente a los suyos, mi respiración se alteró, mi corazón casi deja de latir cuando al darme la vuelta para mirara en la dirección contraria a la que él estaba un brazo atrapó mi cintura, pensé en quitarlo pero al rato escuché la respiración calmada y relajada de Conejo que dormía plácidamente a escasos veinte centímetros de mí
Caí dormida casi al instante
(...)
-Melani!!....
- Lukas!!!....
Edu gritó nuestros nombres desde la entrada a la habitación, me da que no quería precisamente avisarnos para que bajáramos ha desayunar.
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A 699 kilómetros de ti
Teen FictionDistancias, números que nos dicen donde ir, donde estar y donde terminar, números que a veces ahogan nuestros sueños o ponen murallas para no poder alcanzarlos, pero sobre todo son números que marcan deseos, ilusión y confianza