¿Y que digo yo ahora?

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Pasaron días hasta que volví a recibir un mensaje de él. Fue a una hora bastante extraña, casi las tres de la madrugada. Me extrañó el mensaje ya que no se parecía nada a ninguno de los anteriores -te deseo. Esas simples palabras bastaron para que mi corazon se acelerara y desde mis labios sintiera como una pequeñas descargas recorrían mi cuerpo haciendo que reaccionara con lentitud pensando en cada movimiento. Extrañada le pregunté que a que venía eso y no obtuve respuesta hasta pasados unos minutos, la cual vino en forma de llamada que me hizo susurrar para que mi madre no escuchara.

-pero porque me llamas a estas horas?

-porque te quiero.

Su voz sonaba algo ronca y desorientada, lo que me hizo pensar en que....

-estuviste debiendo verdad? -dije con una voz algo disgustada

-solo una cervecita - respondió entre carcajadas que demostraban lo contrario-pero se que te amo-susurró

Noté que podía escuchar mi corazón, era como un reloj que había marcado la  hora con una  escandalosa campanada

-creo  que  ya  has  bebido lo  suficiente no  crees?
Afirmó y  me  lanzó un beso, colgando el  móvil dejándome con la respiración acelerada

Casi  no podía conciliar  el  sueño  pensando en  su  grave y  ronca  voz  y  en  lo  que  me  hacia sentir.
Cuando  porfin  pude  dormirme caí en  un abrumador sueño.

Sueño

Era  por  la  mañana  y  me  conseguí despertar gracias  a  mi  movil con  su extravagante melodía de  despertador, me  giré para  cojerlo  y  topé con  un  brazo  que  me  sujetaba por  la  cintura, abrí los  ojos como  platos, una  dulce  voz  me  susurró al  oido-  quédate un  poco mas aquí conmigo-me  di  la  vuelta dando  con  unos  dulces labios que  pronunciaban  mi  nombre, intenté decir  algo  pero  él  me  calló poniendo suavemente uno  de  sus  dedos  en  mis  labios, lo  que  hizo que  mirará sus  seductores  ojos  color  caramelo  y  su  pelo  cobrizo, cerré los  ojos y  sentí sus  labios  en  mi  cuello  lo  que consiguió que  me  erizara  la  piel -me  podría acostumbrar  a  despertarme asi-dijo  tratando  de  sonar  lo  mas  sexy posible en  ese  momento  recordé esa voz, ronca,  grave  y  seductora  mis  músculos se  tensaron  y  pensé  rápidamente,.....no...no  podía ser  él...era  practicamente imposible

A 699 kilómetros de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora